Este martes finalmente ocurrió el milagro y los 12 chicos atrapados en una cueva del norte de Tailandia fueron rescatados con vida al igual que su entrenador, quien fue clave para que sobrevivan tantos días sin alimento, abrigo y luz.
La clave para que Ekapol Chanthawong logre sostener a sus dirigidos fue la meditación budista, la cual aprendió en su época de monje. "Se encuentran mentalmente estables, lo que está bien. El entrenador Ekapol Chanthawong supo mantener tranquilo y unido al grupo gracias a la meditación", analizó ante medios locales el buzo belga Ben Reymenants, quien participó en las operaciones de rescate.
Antes de volcarse a la dirección técnica de fútbol, Ekapol fue monje budista durante diez años. Con este antecedente, no resulta extraño que el profesor les haya dado a los jóvenes su ración de comida y de agua durante los días de aislamiento.
Producto de la meditación impartida por Ekapol, y para sorpresa de los primeros rescatistas que ingresaron en la cueva, ninguno de los adolescentes estaba llorando o con actitud de desesperación.
Con las operaciones de rescate concluidas, tanto los niños como el entrenador fueron trasladados a un hospital ubicado a 70 kilómetros de la caverna.
La meditación en situaciones de estrés
La estrategia llevada a cabo por Ekapol cuenta con muchos beneficios para el organismo que los niños vivieron en carne propia.
Entre otros atributos, promueve una respiración profunda y serena, relajación muscular y control de la ansiedad.
Un estudio recientemente publicado en Pubmed, la biblioteca pública de journals de Estados Unidos, sostiene que la práctica diaria de las técnicas de meditación puede reducir la ansiedad en un 44% y la depresión hasta en un 34%.
Y los chicos, claro, supieron controlar la ansiedad y el nerviosismo por la oportuna ocurrencia de Ekapol.