Juan Martín Del Potro se impuso por segunda noche consecutiva al ex número 3 del mundo y se quedó con la Copa Peugeot, en un encuentro de buen tenis con una sensación térmica superior a 30 grados en el Polideportivo Islas Malvinas, donde más de 5.000 espectadores disfrutaron el cierre de un año de fantasía para el tandilense.
La exhibición comenzó puntual con unas palabras de Ferrer, quien lució una chomba fucsia y agradeció el calor del público argentino: "Siempre que vengo tengo el cariño de la gente. Creo que es el segundo país donde mejor me tratan".
Luego fue el turno del video -ya viral- que repasa la lucha del tandilense para recuperarse de sus lesiones, y también hubo espacio para que el propio jugador admitiera que disputar su último partido de 2016 tan cerca de Tandil era "celebrar un año soñado".
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El público festejó cada punto de Delpo, quien dejó en claro que la potencia de su brazo izquierdo no entiende de juegos informales, como ya había demostrado la noche previa, en el primer cruce de este doble desafío, en el que derrotó a Ferrer 7-6 (7-2) y 6-3 en Tortuguitas.
Pero el match era al fin y al cabo una exhibición, y Del Potro y Ferrer se permitieron romper el protocolo: en medio del noveno game cedieron sus raquetas a dos ballboys, que pelotearon un rato ovacionados por el estadio mientras el tandilense se sacaba selfies con algunos plateistas.
Durante la entrega de premios, el argentino dejó en claro su intención de cara al año que viene: "Ojalá pueda darle batalla a los primeros del ranking".
El cruce de anoche en el Polideportivo en Mar del Plata, escenario de la dolorosa caída ante España en la final de la Davis de noviembre de 2008 a la que el equipo nacional llegó como favorito por la lesión de Rafael Nadal, sirvió además para amplificar aún más el valor de la Ensaladera de Plata obtenida hace un mes en Croacia.