Tras esperar 58 años para ganar su primer Super Bowl, el desahogo de los fanáticos de los Eagles festejaron en la ciudad de Philadelphia pero el festejo no fue completo, ya que hubo destrozos, saqueos y varios heridos.
La locura estuvo acompañada por cerveza gratis de una marca que había hecho una apuesta con el tacleador de los Eagles, Lane Johnson, de regalar un lata por cada aficionado que la solicitase durante la noche si conseguían la victoria.
La mayoría de los aficionados festejaron sin problemas: se abrazaban, lloraban y cantaban canciones de su equipo. Ellos se congregaron en Broad Street en Center City inmediatamente después de la final.
Pero los violentos dieron la nota. Con el correr de las horas, en varios sectores de la ciudad de produjeron desmanes: vidrieras rotas, locales saqueados por hinchas y autos volcados, entre otras cosas, se vieron en la fiesta de los Eagles.
Incluso se registraron algunos heridos, aunque no hubo confirmación oficial, debido a la explosión de una caja de alta tensión y a la caída del techo de entrada de un hotel, colapsado por los fanáticos.
