La perra se llama Cucciola y fue operada de un tumor mamario y también de un problema en la laringe. Como su dueña -que no trascendió el nombre por su propio pedido- es soltera y no tiene un familiar que la ayude con su mascota, pidió la licencia.
El hecho ocurrió en Italia. Y la dueña logró que la universidad en la que trabaja -La Sapieza, de Roma- le otorgara dos días de licencia paga por "motivo personal grave o familiar".
La medida fue apoyada jurídicamente por LAV, una asociación protectora de animales de ese país, y puede sentar un precedente.
¿Cómo lo logró? El argumento para lograr que la universidad computara esos dos fue que el código penal italiano establece una pena de hasta un año de prisión y una multa de 10.000 euros a quien abandone a su animal o lo deje "sufriendo gravemente". Según LAV, La Sapienza aceptó la petición inmediatamente.