Al menos 109 personas han resultado heridas durante las primeras horas de protestas en Beirut este sábado contra el Gobierno libanés en el día de luto y marchas tras la gran explosión del martes en la capital del país, según ha informado Cruz Roja de Líbano.
De los heridos, 22 han tenido que ser hospitalizados mientras que otros 87 recibieron atención médica en el sitio, según un comunicado recogido por el portal de noticias Naharnet.
La Policía libanesa ha tenido que intervenir con gases lacrimógenos contra un grupo de personas que estaba retirando las barreras de cemento que rodean el Parlamento libanés al grito de "revolución". Las fuerzas de seguridad decidieron entrar en acción cuando los manifestantes comenzaron a entrar en el perímetro fijado más allá de las barreras de seguridad.
Los manifestantes respondieron a los gases con piedras mientras otro grupo intentaba derribar otra barrera de metal en los alrededores de la sede del Legislativo.
Estos enfrentamientos son los primeros de lo que se prevé una larga tarde y noche de protestas contra las autoridades libanesas por parte de una población hastiada por la doble crisis política y económica reinante en el país y cuya paciencia se ha agotado tras la gran explosión del martes en el puerto de Beirut, que ha dejado 158 muertos, más de 6.000 heridos y decenas de miles de personas sin hogar.
La explosión, según las primeras investigaciones, fue provocada por el almacenamiento inadecuado de 2.750 toneladas de nitrato de amonio en el puerto, incautadas en 2014 al buque Rhosus, de un empresario ruso y con pabellón moldavo, por no pagar las tarifas portuarias.
El Ejército libanés ha pedido contención a los manifestantes a través de un mensaje publicado en redes sociales en el que asegura "entender el profundo dolor que se apodera del corazón de los libaneses y las difíciles circunstancias por las que atraviesa Líbano".
Con todo, el Ejército ha llamado a los manifestantes a "contentarse con expresarse de manera pacifista, abstenerse de cortar carreteras y saquear bienes públicos", antes de recordar que varios militares libaneses fallecieron en la detonación del martes.
Tras la toma de la sede de la Cancillería el primer ministro Hassan Diab pronunció un breve discurso en el que remarcó que no renunciará, que abre un periodo de dos meses para plantear una reforma política y que el lunes enviará un proyecto convocando a elecciones anticipadas.
"Todos tienen que olvidarse de elecciones ahora. lo que estamos enfrentando es una catástrofe...ningún hombre solo podrá resolverlo. La explosión es uno de los resultados de la corrupción y el mal manejo del Gobierno que hemos visto por años", señaló en un mensaje televisado.