El presidente Alberto Fernández pidió "comprensión" a los acreedores externos que negocian con su gobierno una reestructuración de 66.238 millones de dólares de deuda y les solicitó que "por favor" ayuden a la Argentina.
"No podemos mejorar la oferta, no queremos estafarlos", les dijo Fernández en un encuentro virtual con Susan Segal, presidente de la organización empresarial Consejo de la Américas.
En línea escucharon unas 1.500 personas. Entre ellas, representantes de fondos de inversión que negocian con el país. Estaban invitados directivos de los fondos BlackRock, Ashmore y Fidelity que rechazaron el lunes la última oferta argentina para el canje.
A pesar de ese rechazo parcial, el mercado operó favorable al país. Los bonos en dólares subieron hasta 2,1% y el indicador riesgo país cayó 1,8%, a 2.344 puntos.
Según la opinión del economista Miguel Kiguel, esto es porque el acuerdo por la deuda "parece estar muy cerca" dado que el rechazo del lunes fue parcial. Pero advirtió que aún existe "el riesgo de que se politice todo" y haya un fracaso.
La banca estadounidense Morgan Stanley envió una nota a sus clientes en la que dice que espera que las negociaciones en las próximas semanas "conduzcan a un acuerdo", considerando el deseo las autoridades de evitar un "incumplimiento caótico que causaría más dolor a la economía".
Fernández, imperativo
"Confío mucho en que los acreedores entiendan que estamos haciendo un enorme esfuerzo con la oferta que hicimos y que es lo último que podemos hacer. Y les pido que por favor ayuden a salir a la Argentina de esta postración", dijo Fernández.
En ese sentido, aclaró que el diálogo continuará abierto hasta el 4 de agosto. “Créanme que no podemos más que esto. No es un capricho, es sensatez. Es también no estafar a nuestros acreedores prometiéndoles algo que no podemos cumplir. Y esa es la comprensión que les pido”, añadió.
Por ello, el Presidente invitó a cerrar el canje de deuda y empezar a mirar el futuro, porque –dijo- allí hay muchas más oportunidades que en este presente. “La Argentina no se va a terminar en un debate sobre el valor de dos bonos. Hay mucho por delante. Ayúdennos a alcanzar ese futuro que seguramente será lo mejor también para los acreedores”, agregó.
Fernández dijo que Argentina dará en el futuro grandes oportunidades para la inversión privada. Y ejemplificó potenciales como Vaca Muerta, la minería a lo largo de toda la Cordillera de los Andes, la industria agroalimentaria, obras de infraestructura y la economía del conocimiento. Pero aclaró que esto será posible sólo si el país "sale del default".
Insistió con que él recibió de su antecesor, Mauricio Macri, el país en default. Y señaló que cuando llegó al poder como jefe de Gabinete en 2003 junto a Néstor Kirchner, la Argentina también estaba en cesación de pagos. "Negociamos con los acreedores dos veces y siempre cumplimos con las obligaciones que tomamos. Siempre. Y lo que quiero es eso", aseguró.
Fernández insistió con que el kirchnerismo ha cumplido con "todos los compromisos" externos del país entre 2003 y 2015. Y se preocupó por alejar un fantasma sobre lo que fue un gran desequilibrio macroeconómico en aquella época: "El objetivo no es vivir con déficit fiscal".
El Presidente dijo que la Argentina tiene un problema de deuda a resolver pero para ello tiene que generar ingreso de divisas vía exportaciones, para lo cual es crucial un tipo de cambio competitivo. “Y hay un objetivo, que es que el equilibrio fiscal se sostenga”, dijo.
Y señaló que él sabe que lo dijo justo cuando la Argentina tiene que hacer una gran inversión fiscal, como otros países, para contener el avance de la pobreza, dado que –calculó- ese flagelo ya está “rondando el 40%”.
También dijo que muchas veces le preguntan cuál es el plan. “Y yo digo: los planes que ha tenido la Argentina en los últimos años han sido todos un fracaso. Dos planes presentó Macri y terminaron naufragando. Yo siempre digo que prefiero fijar objetivos y que todo lo que hagamos sea para cumplirlos”, afirmó.
Por la corresponsalía de Buenos Aires.