El presidente Alberto Fernández ratificó este miércoles que enviará en las próximas semanas al Congreso un proyecto de ley para terminar con la penalización del aborto y permitir la atención en cualquier centro de salud público.
Así lo afirmó Fernández en una conferencia en el instituto Sciences Po, titulada "Qué futuro para las relaciones entre América Latina y Europa? La perspectiva argentina", en la ciudad de París.
Gaspard Estrada, director ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC) y moderador de la conferencia, fue quien le consultó al jefe de Estado sobre la iniciativa respecto del aborto.
"En la Argentina el aborto es un delito. Es un extraño delito, en el que casi nunca se condena a una mujer por un aborto. Pero todos sabemos que el aborto existe. ¿Cuál es el problema de que exista un delito de aborto? El problema es que todo aborto se vuelve clandestino", dijo.
En ese sentido, afirmó que en la clandestinidad el riesgo de salud de la mujer se potencia. Pero en última instancia, la situación se vuelve un problema más agudo de acuerdo a la clase social de quien se practica un aborto.
"Si (la mujer) es de una clase social alta seguramente se practicará el aborto en un centro de salud adecuado, con condiciones de asepsia adecuadas y el certificado médico dirá que tuvo un aborto espontáneo y su salud estará absolutamente garantizada", afirmó Fernández.
Y agregó que si se está en presencia de una mujer sin recursos económicos para pagar la realización en una clínica privada, "toda su vida corre peligro y si zafa su vida corre el riesgo de sufrir lesiones internas".
El presidente consideró que el debate en torno al aborto "es parte de la discusión hipócrita que la Argentina tuvo con el divorcio. Durante años discutimos si se podía volver a casar. Salió la ley, mi mamá y Carlos se casaron y los tres hijos fuimos testigos".
"¿Para qué discutimos durante 20 años esto?", se preguntó Fernández. “Yo siento que con el aborto pasa algo parecido. Hay quien siente que legalizar el aborto lo vuelve obligatorio. No es obligatorio para nadie”, enfatizó.
Y añadió que este es un tema que debe resolverse desde la perspectiva de la salud pública. "No podemos poner en riesgo la salud de la mujer que decide abortar", reafirmó Fernández ante estudiantes.
“No vivo en paz con mi conciencia sabiendo que si una mujer tiene que realizarse un aborto y no tiene la posibilidades económicas, termina en manos de un curandero que con una aguja la termina lastimando o matando”, concluyó.