Impacto sobre la costa, basura histórica, la contaminación y los riesgos que desconocemos, son algunas de las alertas que los Científicos del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) advierten en Ushuaia. A esto hay que sumarle que todos los residuos cloacales de los 80 mil habitantes desembocan en la costa ya que "la ciudad no tiene una planta de tratamiento de líquidos cloacales, algunos de los domicilios tiene su conexión a cloacas pero termina todo en el dispersor cloacal que está en la punta de la península y eso se tira crudo al mar" explicó la licenciada Soledad Diodato.
En este sentido, la bióloga reveló que la actual planta "no está funcionando, ni siquiera hay separación de sólidos y líquidos y la mayoría de los residuos cloacales van a parar al dispersor que debería ser un caño que debiera entrar en el mar por lo menos 40 metros y desembocar en la costa". Asimismo existen conexiones clandestinas las cuales "desembocan en los chorrillos, o en el Arroyo Grande, o en Arroyo Buena Esperanza y esos arroyos terminan desembocando en la costa como Bahía Ushuaia, Bahía Golondrina y Bahía Encerrada" resaltó Diodato aclarando que "el dispersor tiene el caño cortado en la línea de costa".
“Una de las características de la ciudad es las pendientes que tiene” agregó la misma explicando que “desde el caño que sale del domicilio que va a parar a cualquier arroyito que circula por la ciudad, todo por la misma pendiente va a parar a la costa”.
De esta manera, los científicos advirtieron que "como ciudad costera tenemos impacto muy severo sobre la línea de costa, por lo que hay que manejar eso, tanto como manejar los residuos sólidos" aseguró el Dr. en Biología Oscar Amin.
Así mismo enumeró que "en la costa hay basura histórica, plástico, metales, baterías y cubiertas de autos, autos enteros enterrados como rellenos en terrenos de la playa" y se debe tener en cuenta que "todo lo que aparece en el agua siempre va a parar a la arena, a los sedimentos y eso es muy peligroso y es lo que no se ve".
"La basura en la costa sufre intemperismo, es decir permanece en el ambiente, se va degradando, se va oxidando, destruyendo y está al lado de las costa, por lo tanto entra al agua, al sedimento, a las algas, a los mejillones, a las aves y así en una cadena continua" observó Amin.
Esta contaminación afecta a un ambiente que puede ser utilizado como espacios recreativo, sostuvo el científico comentando que "no somos la única ciudad costera que no usa su costa y atenta contra ella".