"Me siento muy feliz" expresó Mercedes Cárdenas, la montañista de Ushuaia que se planteó como meta en 2020 llegar al pico más alto de América, el Cerro Aconcagua, en Mendoza.
"Ahora estoy descansando en la ciudad de Mendoza por una semanita más, reponiéndome porque me siento literalmente molida, me duelen hasta los dedos de los pies" señaló en una entrevista a Dario Prensa, luego de haber logrado ascender los 6.962 msnm del Cerro Aconcagua.
Mercedes se había manifestado esperanzada en que las condiciones climáticas la acompañarían para poder coronar a la gran montaña, lo que ocurrió finalmente el pasado 23 de enero. "Realmente fue durísimo pero valió la pena. Fue una tremenda experiencia la que pude vivir y me siento feliz".
El recorrido comenzó al ingresar al parque provincial Aconcagua, ubicado en el departamento Las Heras, al noroeste de la provincia de Mendoza. Se asciende al primer campamento "Confluencia", a 3.368 msnm y días después a "Plaza de Mulas" a 4.300. Posteriormente arribaría a los puestos "Canadá y/o Nido de Cóndores" y "Cólera", que están sobre los 5000 msnm.
La altitud significa un gran desafío para el cuerpo y la psiquis de los escaladores, ya que impacta de modos diferentes según el organismo y la fortaleza mental de quienes se atrevan a ir tan alto. Los andinistas pueden experimentar desde problemas estomacales, insomnio, dificultad para respirar hasta convulsiones y en algunos casos deben descender forzosamente como única manera de salir de la descompensación.
Mercedes logró escalar dos veces los 1326 metros del Monte Olivia, en Ushuaia; los 3776 del volcán Lanín, en Neuquén, los 5424 del cerro Plomo, próximo a Santiago de Chile y los 6621 del volcán Incahuasi, en Catamarca, entre otras altas cúspides. Ahora, sumó otra gloria a su carrera: la de llegar hasta lo alto del objetivo de cualquier montañista que se precie de tal: el mítico Aconcagua.