En las fiestas, no siempre gana el plato más sofisticado, sino el que libera tiempo, baja el estrés y llega a la mesa en su mejor versión.
En climas calurosos, pensar la Navidad implica anticiparse: elegir recetas que se puedan preparar con calma, que reposen bien y que estén listas cuando llega el momento de compartir.
El arrollado de pollo responde a esa lógica. Se cocina con antelación, se corta prolijo, rinde mucho y se adapta tanto a una cena formal como a una mesa descontracturada de Nochebuena.
Ingredientes básicos (para 6 a 8 personas)
- 1 pollo grande deshuesado (o pechugas abiertas)
- 2 huevos duros
- 1 zanahoria rallada o cocida en cubitos
- 1 morrón rojo chico, bien picado
- 100 g de jamón cocido
- 100 g de queso (cremoso, port salut o tybo)
- Sal, pimienta y nuez moscada
- Papel film o red para arrollar
- Opcional: espinaca salteada con ajo, choclo hervido desgranado o en lata, aceitunas verdes o negras, nueces, ¡o lo que te dicte la imaginación!)
Paso a paso simple y seguro
- Preparar la base: Extender el pollo deshuesado, condimentar de forma pareja y reservar unos minutos.
- Rellenar: Distribuir los vegetales, el jamón, el queso y las aceitunas. Colocar los huevos duros alineados para lograr un corte parejo, se puede usar el fiambre para “envolverlos”.
- Enrollar: Arrollar con firmeza, ajustando bien y envolver con papel film resistente o atar con hilo de cocina.
- Cocinar: Llevar a hervor suave durante unos 45 minutos, si se quiere se puede saborizar el agua con laurel, romero y/o cebolla en gajos. Retirar y dejar enfriar sin desenvolver.
- Reposar: Una vez frío retirar el papel film y refrigerar varias horas tapado con un repasador limpio o en tupper. El descanso permite que tome consistencia y sabor.
Al momento de servir
Se presenta bien frío, cortado en rodajas, acompañado por ensaladas frescas o guarniciones simples. Funciona igual de bien como plato principal o como parte de una mesa compartida.
Un acompañamiento clásico es la ensalada rusa.
Es una receta pensada para que la cocina no compita con el encuentro, sino que lo acompañe.
Mañana, otra propuesta. Porque planificar la mesa también es una forma de disfrutar la Navidad.