Luego de la Declaración Universal de los Derechos animales en 1978, el Manifiesto de la “Conciencia Animal” de 2012 en Cambridge, sustentó una base científica definitiva para estructurar la defensa y protección de los animales de forma sólida. Todo este correlato se unió a los movimientos y tendencia Animalistas que promovieron, fundamentalmente, un cambio de paradigma para reconocer y valorar la vida animales no humanos. Creemos que para perpetuar y garantizar Derecho Animal se debe realizar diversas acciones, pero es fundamental, gestionar para propiciar ,diseñar y fomentar la creación y sanción de leyes y ordenanzas que formulen políticas públicas para la promoción y resguardo de los derechos, integridad y dignidad Animal, abordando la problemática desde la ética, concientización. Y, simultáneamente, la implementación de programas sistemáticos, sustentables e integrales orientados a la optimización y uso razonable del gasto público, que logre la prevención y las soluciones definitivas, atacando principalmente las causas, para no correr detrás de las consecuencias.
Los animales son sujeto de derecho en el ordenamiento jurídico argentino. Nos ocupamos de rescates de animales, de denunciar en la comisaria, y continuar con los procesos penales, pedir medidas y realizar querellas contra delitos, relacionados con “maltrato-crueldad Animal”, que están considerados en la ley 14.346.
La superpoblación de perros y gatos en la mayoría de las comunas y municipios de Tucumán sigue siendo una problemática sin resolver. La resolución de la problemática de superpoblación de fauna urbana (perros y gatos) es prioritario, debido a que afecta, y no sólo causa sufrimiento y consecuencias irreversibles en los animales, lo que se traduce en abandono, sufrimientos, carencias, accidentes, enfermedades, muerte etc., sino, que también estos se encuentran expuestos a situaciones de maltrato-crueldad, además, de ser una cuestión de salud pública postergada y desatendida. Una emergencia que cada día se agudiza y, si no se trata, las soluciones se vuelven cada vez más inalcanzables.
“Si el estado trabaja bien, la gente responde bien”, entonces, el estado debe dar el ejemplo y proveer accesos a un servicio que este alcance de toda la población. Simultáneamente, debe involucrar, persuadir, fomentar y organizar el trabajo e iniciativas del proteccionismo y la ciudadanía en general, para que se comprometan interaccionen, aprovechen el servicio y colaboren para garantizar la concreción de las metas deseadas que apuntan a preservar y garantizar el respeto de los derechos y la dignidad de los animales. Para que los propósitos de estas acciones sean trascendentes se deben sustentar en el marco legislativo apropiado. El día 18 de febrero se trataría en recinto la “Ley de Castraciones masivas”, que hemos impulsado, gracias al trabajo del legislador Ricardo Bussi y el legislador Gerónimo Vargas Aignasse.
Para esto es clave optimizar el uso del recurso público capacitando al personal, en especial a los veterinarios y a sus equipos, en castraciones “A Ritmo de Campaña”, con técnicas quirúrgicas abreviadas y división de tareas que hace que se puedan castrar importantes números de animales, con excelente performance y calidad a un costo sostenible para el Estado. Existen innumerables experiencias documentadas en el país y en el mundo, que demuestran que la calidad de las intervenciones quirúrgicas, en el marco de un Programa de Castraciones está vinculada a la calidad profesional del médico veterinario y del equipo de apoyo, quienes se han entrenado como cualquier profesional que decide dedicarse específicamente a algún área especial dentro de su campo de acción, desarrollando la respectiva expertisse, pericia, habilidad, a través de la cual un veterinario castra unos 40 animales por día (algunos llegando a 100 por jornada completa), como se puede corroborar en Municipios como Almirante Brown, Vicente López, Funes, Crespo y muchos otros.
Fundadas estas bases se empieza a crear una nueva cultura de respeto y valoración de los animales, y es allí, donde se impone, casi inevitablemente, la responsabilidad: Integración entre el plano normativo y el valorativo. El estado debe dar el ejemplo es la mejor manera de ejercer influencia. La población copia ese estándar en el trato hacia los animales. Es común reclamar responsabilidad. La palabra responsabilidad significa capacidad de responder, ¿Cómo puede responder una comunidad que no tiene acceso a un servicio que esté a su alcance? El estado el que debe poner a disposición el servicio y los recursos, los programas que generan equilibrio de la población animal son un paso indispensable para lograr la responsabilidad, porque resulta inadmisible exigir “Cuidado Responsable” a una comunidad desbordada donde nacen más animales de lo que es capaz de absorber y mantener. Se logra cambios estables con la persuasión porque fomenta la interacción, educa la sensibilidad desencadena compromiso y cambios de conducta.