Si la gente había quedado conmocionada por el derrumbe del ex cine y teatro Parravicini, el miedo y la paranoia acerca de las obras se acrecentó en la provincia, que volvió a sufrir otra caída de una obra que se llevaba a cabo en la avenida Mate de Luna al 2.000. Por suerte, en esta oportunidad no hubo víctimas fatales ni heridos que lamentar.
Puntualmente se trata de una pared lateral de una obra en pozo que cedió y causó pánico. "No pienso hablar. No voy a decir nada hasta saber qué pasó", avisó el ingeniero Miguel Galindo.
Uno de los máximos implicados y que sufrió un gran susto es un conocido por la justicia, se trata de Ángel Ale, está condenado por integrar una asociación ilícita dedicada al lavado de activos y que no puede salir de su vivienda, ya que está monitoreado por una tobillera que tiene puesta. "Yo estaba en la pieza y siento que mi hijo entra gritando que se derrumbaba la casa", le contó a La Gaceta.
"A través de los irresponsables esos que han socavado para abajo (de mi casa) se podrían haber muerto mi nieta, mis dos hijos, mi madre, mi esposa y mi nuera. Eso nada más. Pero no me quierás decir otra cosa porque no te voy a escuchar porque vos me venís a querer mentir", le dijo Ale a Galindo, visiblemente ofuscado por los daños que sufrió su casa por el derrumbe.