El sábado por la noche, el hombre llegó de jugar un partido de fútbol en condiciones de ebriedad. Alertado por su mujer, decidió ducharse y salir con el auto a encontrarse con los amigos. Sin embargo, al momento de salir, no encontró las llaves del vehículo. Este hecho derivó en que le pegara una trompada en la cara a su mujer.
En este momento, apareció el hijo de 17 años y aunque logró calmarlo no pudo. "Nadie saldrá de la casa y los voy a matar a todos", gritó el padre. Luego, los encerró en la casa y se fue al auto a dormir.
A la mañana siguiente, se levantó y se fue a la casa de su madre. En ese momento, la familia fue a la comisaría a realizar la denuncia.