Federico Guidugli era empleado bancario, un hombre conocido en San Luis, y en el 2016 fue procesado por abusar sexualmente a las dos hijas de su ex pareja, que en ese momento tenían 12 y 15 años. Para cometer los ultrajes las narcotizaba y además había colocado cámaras ocultas en la casa para filmarlas. Tras 9 meses de ser encarcelado, fue puesto en libertad a la espera del juicio oral. Luego se le ordenó nuevamente la prisión preventiva y el abusador volvió tras las rejas.
Su ex pareja dialogó con El Diario de la República y contó que ella y sus dos hijas, fruto de una relación anterior, y con la nena que tienen en común convivían con él. Cuando empezó a sospechar de que abusaba de las mayores inmediatamente lo denunció.
A poco tiempo de conocerse cuál será la sentencia del tribunal, la expectativa es que haya un fallo ejemplar. El fiscal de instrucción Ernesto Lutens solicitó 15 años de cárcel para el hombre.
“Quiero que la condena sea clara. (Los abusadores) se aprovechan de la confianza que la gente les da. Son psicópatas, perversos, engañadores, manipulan, buscan caer bien. Espero que la pena no baje de lo pedido por el fiscal”, manifestó la mujer al mencionado medio.
Ella y sus hijas dejaron la provincia para rehacer sus vidas en otro lugar, para empezar de cero y poder seguir superar lo que vivieron.
Guidugli está procesado por el delito de "Abuso sexual simple, agravado por la situación de convivencia preexistente" por la chica que actualmente tiene 18 años y por "Abuso sexual gravemente ultrajante agravado por la situación de convivencia preexistente", en el caso de la otra, que ahora tiene 15.
La ex pareja de Guidugli contó al mencionado medio: "Ellas hoy están muy bien. La mayor va a terapia. Ya empezó la facultad y está contenta porque le está yendo bien. La que tiene 15 en un momento quiso hablar de lo ocurrido, pero ahora no. Todo el accionar mío, sumado a la respuesta de la Justicia y a la contención de nuestra familia para que yo pueda estar fuerte, ha ayudado mucho".
La mujer aseguró que sus hijas saben la situación procesal que lleva adelante la Cámara del Crimen 1 de San Luis y estaba previsto que ayer (miércoles) las partes pudieran ver la Cámara Gesell y que declarara la psicóloga del Poder Judicial Marisa Samper.
Aldo Giuliani, defensor de Guidugli, pidió la nulidad de la acusación pero el tribunal se lo rechazó.
Desde ese momento llamaron a declarar a testigos como los padres de la mujer, el novio de la hermana de ella, peritos de las áreas informática, pediatrías, bioquímicos, psicológos y psiquiatrías. La primera en dar su testimonio fue la mujer que habló durante dos horas y cuarto, detalló.
Los familiares de la mujer contaron cómo era la relación y el trato que el acusado tenía con las víctimas. En el caso puntual del cuñado de la mujer, contó detalles de la ocasión en la que su hermana ingirió un jugo adulterado, meses antes de que se conocieran o sospechara de los ultrajes.
"No sabíamos que Guidugli era el responsable de eso. Después empezamos a atar cabos sobre ciertas cosas extrañas que pasaban", recordó la madre de las víctimas y luego concluyeron de que él les daba medicación que inducía al sueño, sin que ellas lo supieran. Por lo que se presume que eso le permitía poder abusar de las niñas.
Tras la denuncia, las adolescentes se sometieron a análisis de laboratorio y las muestras de orina revelaron que en una de ellas había restos de benzodiazepina, una droga que actúa sobre el sistema nervioso con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, amnésicos y miorrelajantes.
Esa droga está en medicamentos como el valium y el clonazepam, que Guidugli admitió haber tomado como parte de un tratamiento de rehabilitación por consumo de drogas.
Otra de las acusaciones contra Federico Guidugli es que habría colocado cámaras ocultas en el baño para poder espiar a las chicas cuando se bañaban o hacían sus necesidades.
"Un perito informático de la parte querellante explicó cómo hizo la pericia sobre la computadora de él. La noche que lo eché de casa, él borró cosas. A través del buscador Tor, que eliminó, ingresaba a la Deep Web. Y había hecho videos, que también había eliminado", detalló la denunciante y aseguró que hay constancia de las filmaciones en las que el acusado ubica las cámaras ocultas y otros videos en donde esa parte (su acción) está editada.
La mujer aseguró que los peritos psicólogos y psiquiatras del Poder Judicial "fueron concluyentes respecto al perfil de él. Hablaron de histrionismo, manipulación, perversión y psicopatía".
"Mis abogados –son Bernardo Estrada padre e hijo– me dicen que la prueba reunida es compacta. Las testimoniales se complementan con la pericias informáticas, con las pericias bioquímicas; los rasgos de los que hablamos también han sido ratificados a través de la pericia psicológica-psiquiátrica. Esto no se ha limitado a mis palabras, todo ha quedado acreditado por pruebas e indicios que dan un bagaje de credibilidad a lo que he dicho", concluyó la mujer.