Un docente de 41 años del Centro de Día "La Esperanza" fue detenido el martes alrededor de las 18, por orden de la jueza Penal 3 Virginia Palacios, bajo la sospecha ser autor de tocamientos y corrupción de menores en perjuicio de jóvenes con capacidades diferentes que asisten a esa institución, ubicada en Sarmiento al 300, en la capital puntana. La investigación inició a partir de una denuncia anónima.
Según fuentes policiales, el hombre se desempeñaba en el establecimiento educativo como integrador de alumnos con discapacidad.
El hombre se llama Leopoldo Alejandro Álvarez y está imputado por "Abuso sexual simple, agravado por ser encargado de la educación, en concurso con corrupción de menores agravada".
Posiblemente este miércoles sea trasladado a Tribunales, para la declaración indagatoria.
De acuerdo a la que consta en la causa judicial, que comenzó con una denuncia anónima, el detenido habría manoseado a alumnos y les habría enviado fotos de sus partes íntimas.
La fuerza pudo secuestrarle un celular y tras ser analizado por los peritos, se constató el envío de imágenes del tipo que se habían indicado en la denuncia.
Según explicó una fuente a El Diario de la República, luego de la denuncia anónima, la Policía hizo averiguaciones para tratar de identificar y ubicar a las víctimas. Afortunadamente con la colaboración de la Policía de El Volcán se logró y luego citaron a la madre de los jóvenes, quien fue acompañada por ellos.
La jueza Palacios aseguró que "sin perjuicio de haber ordenado la detención del docente, ha pasado a disponerse, con habilitación de día y hora, cuál va a ser la situación o temperamento procesal que se adoptará contra algún docente y/ o directivo (del Centro de Día 'La Esperanza') que habría tenido conocimiento de los hechos" y no hizo nada.
Lo que contaron algunas de las víctimas
Los jovenes, acompañados por su mamá, en un primer momento negaron los hechos. Pero luego de ellos regresó al juzgado y confirmó todo lo que estaba en la denuncia.
Dijo que él no había sido el único afectado y que también hablaba por los demás compañeros que, por alguna imposibilidad, no podían hacerlo.
El joven detalló que existieron manoseos por parte del docente y que además les enviaba desde su WhatsApp fotos de sus partes íntimas.
Palacios destacó la importancia de la denuncia anónima porque fue el primer paso para investigar el hecho y detener al docente.