Este jueves entró en vigencia el decreto que establece restricciones similares a las de una fase 1 en Rosario por la pandemia de coronavirus. Las autoridades decidieron intensificar los operativos de control de tránsito, aunque se empezó a formar cola en Falabella a pesar de las nuevas restricciones.
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La imagen de la fila sobre la peatonal Córdoba a primera hora fue una de las postales de la jornada en medio de una situación sanitaria crítica en la ciudad. Frente al edificio donde funcionó La Favorita empezaron a llegar varias personas a la espera de la apertura programada para las 10.
En la zona norte, personal de la Policía de Santa Fe e inspectores municipales se concentraron en el cruce de Bulevar Avellaneda y Avenida Luis Cándido Carballo para realizar uno de los procedimientos que se planificaron. Allí empezaron a verificar que quienes manejan autos y motos tengan el permiso nacional o provincial en la aplicación móvil o algún otro documento que justifique su salida.
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“Hay que entender de una vez por todas que tenemos que cumplir la ley”, remarcó el subsecretario de Prevención y Control Urbano de Santa Fe, Alberto Mongia. En conferencia de prensa, recordó que no acatar el decreto con las nuevas restricciones implica una denuncia penal por usar autos o motos fuera de las excepciones definidas.
El funcionario provincial admitió que la normativa vigente hasta el 31 de mayo implica mayores limitaciones, aunque sentenció: “Todo no es posible”. Así como destacó que hay que “trabajar y cuidar a la familia”, sostuvo que “lo primero es cuidar la vida” frente a la segunda ola de la pandemia de coronavirus.
Por su parte, la secretaria de Control y Convivencia de Rosario, Carolina Labayru, añadió que las restricciones no sólo implican más controles vehiculares. También realizarán operativos para verificar el cumplimiento de los horarios comerciales estipulados y otras medidas sanitarias para prevenir el contagio de COVID-19.
