Un equipo integrado por más de una decena de médicos rosarinos completó una cirugía sin precedentes para una embarazada cuya hija tenía un tumor en el cuello. La beba nació sana luego de la cesárea en la que se practicó la intervención para evitar que sufriera problemas respiratorios.
"Si la patología se detecta en el momento del parto, todo el proceso se tiene que realizar con la niña sin respirar, lo que puede provocar daños por no tener oxigeno", explicaron las autoridades de la Maternidad Martin luego de atender a Francesca y a su madre en el centro de salud público.
El jefe de Obstetricia del establecimiento, Edgardo Ábalos, consideró "fundamental" el diagnóstico precoz para ayudar a la familia. La mamá había sido derivada desde Amenábar, un pueblo ubicado a más de 200 kilómetros al sudoeste de la ciudad.
La jefa de Neonatología de la maternidad, Gabriela Puig, confirmó que la pequeña empezó a respirar sin asistencia mecánica cinco horas después de su nacimiento y también empezó empezó a tomar la teta. A su vez, agregó que "por su tumor en el cuello se activaron los mecanismos de estudio para diagnóstico".
Frente a los 6 o 7 profesionales que se requieren para una cesárea normal, la intervención contó la participación de 14 personas entre cirujanos, enfermeros y anestesistas. La Municipalidad destacó en esa lista la presencia de Lucas Bordino, otorrinolaringólogo especializado en endoscopia pediátrica y contratado por el Ministerio de Salud provincial para tratar el caso.
La técnica empleada para tratar a Francesca consiste en oxigenar por el cordón umbilical mientras parte del cuerpo está fuera del útero hasta que se asegura la vía aérea. "Cuando los médicos consideran que está todo asegurado, se termina de sacar al bebé, se corta el cordón y el bebé pasa a tener su propio oxigeno", explicó el doctor Ábalos.
