Después de muchas dilaciones, la comisión directiva leprosa decidió recurrir a la Justicia para que se investigue a los ex dirigentes, que dejaron un desastre en materia económica.
Pases de jugadores que nunca se pagaron, préstamos que jamás se abonaron, futbolistas y cuerpos técnicos que no vieron un peso fueron algunos de los tantos problemas económicos que heredaron Eduardo Bermúdez y su gente.
Si resultó llamativo que un club –en teoría controlado por la Justicia- acumule semejante pasivo, más extraño resultó que los flamantes directivos no quisieran realizar una auditoría que hubiera dejado en claro el estado en el que recibían a la entidad.
Esto les hubiera permitido desligarse de muchos de los reproches que rápidamente les cayeron, cuando debieron hacer frente a las deudas con empleados y jugadores sin dinero en caja.
Lo cierto es que tras mucha insistencia de parte de socios y de la propia oposición, que acusó a Bermúdez de mantener un pacto con la ex comisión, ahora parece que se avanzará en lo realizado en los tiempos de Guillermo Lorente y Jorge Ricobelli.
Finalmente la cúpula leprosa aprobó la decisión de pedir formalmente a la Justicia que investigue lo ocurrido en el período 2009-2016. Hasta el momento, la única irregularidad que se había denunciado era la del doble contrato de Luis Advíncula, que se resolvió dando de baja uno que estaba en negro.