Cristian Lionel A. R. quedó en libertad, luego de que el juez de la Investigación Penal Preparatoria, Carlos Bottero, entendiera que las pruebas aportadas por el fiscal Guillermo Loyola no aseguraban que fuera uno de los autores del ataque sicario ocurrido en la noche del martes 3, en el barrio 17 de octubre.
El hombre del Ministerio Público de la Acusación lo había acusado de ser el autor de un “Homicidio calificado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa”, que tiene una pena mínima de 5 años y medios de prisión.
Carlos María Flores, del Ministerio Público de la Defensa, pudo determinar que el joven de 19 años había estado desde las 9 de la noche del martes 3 hasta el mediodía del miércoles 4 en la casa de su novia. Como pruebas, usó el testimonio de la joven, su madre y también el testimonio de un policía. Al mismo tiempo, a la 1.29 del miércoles, la chica le sacó una foto al perro y se veían los pies del acusado.
La Fiscalía no encontró en las viviendas allanadas ni el arma ni la ropa que el acusado habría usado. Tampoco coinciden sus huellas digitales con las tres identificadas en la camioneta EcoSport, encontrada quemada en la prolongación de calle Río de Janeiro, y que habría servido para que los sicarios se movilicen.
De acuerdo a lo publicado por Rafaela Noticias, la Sección de Individualización Criminal de la Policía Federal trabajó con el video donde quedó registrada la balacera, no pudiendo procesar los rostros de los autores debido a la mala calidad de la filmación.
¿Cómo fue que llegó la fiscalía a acusarlo? Porque Olga C., madre de Ángel G. (las dos personas que resultaron heridas como consecuencia de los disparos) le pasó una foto de él a la policía. ¿Lo había identificado ella? No, se lo había pasado un tercero, que no quiso identificar.
“Estamos ante un hecho grave, no por eso hay que relajar los requisitos que exige el código procesal”, dijo el magistrado y entendió que los elementos para que siga detenidos eran “escasos”.