Con el salón de usos múltiples completo, la mañana del sábado de la 117° ExpoRural de Rafaela y la Región fue espacio fértil para continuar con las capacitaciones que están orientadas a multiplicar y mejorar la producción ovina en la Provincia de Santa Fe, más específicamente del carnero pesado.
La convocatoria estuvo desarrollada por la Sociedad Rural de Rafaela y el INTA, desde donde se promueve la actividad, para brindar herramientas, ideas y conceptos claros sobre esta producción.
Una agenda muy nutrida fue la que convocó. Federico Ponzio, productor y presidente de la Asociación Texel Argentina, una de las tres principales razas carniceras, fue uno de los oradores.
Trabajando desde la localidad santafesina de Las Rosas, está colaborando con la Agencia de Extensión Rural del INTA en la región para que junto a los productores puedan llegar a producir ovinos de calidad, generar un mercado y así ordenar la producción en general.
Esta jornada fue para que para que los productores empiecen a ver el sesgo comercial en esto. “A partir de lo que ofrece nuestra región en cuanto a la producción de forraje de granos, la misma agricultura deja muchos residuos que no se reaprovechan y quedan ociosos, estamos planteando que a través del ovino se puede lograr aprovechar lo que se produce en nuestros propios campos, poniendo en funcionamiento instalaciones viejas, espacios ociosos y de esa manera agregar un valor a lo que es la agricultura, para que a nuestra actividad principal que puede ser la ganadería de carne o leche, abrirle una ventana al ovino, como una herramienta importante para que nos agregue un valor más con ese producto”.
Ponzio explicó que “lo que queremos lograr es que la gente empiece a consumir el cordero pero de una manera ordenada, obviamente queremos llegar a elaborar corderos pesados que que tengan alrededor de 150 días de vida, unos 20 a 25 kilos a la faena, limpios. Podemos lograr cortes de un tamaño adecuado como para poder meterlos en el mercado, ya sea de grandes hoteles, restaurantes, supermercados y en los mismos pueblos, que la gente pueda comprar cortes y no necesariamente la pieza entera, que demande un bajo presupuesto para las familias y así se pueda armar un mercado nuevo de carne”.
Lo que estiman es que va a llevar tiempo, que pueden ser unos dos años de mucho trabajo en este sentido, “porque también la gente tiene que aprender qué puede hacer con el cordero, es algo que tenemos que trabajar muy en profundidad y creemos que a través de la estructura de INTA y del valor que le están dando a nuestra actividad, lo vamos a poder lograr”.
El planteo es que se precisa una estructura para poder llegar a más productores y así convocar a más técnicos.
Los datos a tener en cuenta para arrancar están dados por lo siguiente.
“Para empezar con esta producción en su propio campo primero se necesita asesoramiento. Creo que golpeando la puerta de la persona indicada se lo puede mirar con otros ojos. Después se necesita vocación de ser productor, tener la visión que tenían los abuelos, de ser productores agropecuarios, tratar de aprovechar el tiempo, los recursos que tenemos al alcance. Finalmente se necesita entender que entre todos estamos colaborando un poquito con con lo que podemos aportar a esta nueva cadena que se está armando y podemos lograr algo importante para llegar a la mesa de los consumidores”.
Claro que con un sólo frigorífico habilitado en la zona de Cañada de Gómez para razas menores, hay una limitante sanitaria para el crecimiento al momento de la faena.
“La clave la tiene la provincia en ese sentido, por eso están tratando de hacer un relevamiento de lo que hay hoy en existencias, los frigoríficos habilitados, los que quedaron a mitad de construcción, los que se planificaron y nunca se hicieron. Por eso hay que conseguir desarrollos donde realmente haya que hacerlo, en los lugares que haya producción ovina, para que sea más sencillo faenar y mandar al mercado, sin largos viajes y grandes movimientos”.
Lo que es necesaria es la decisión política de llevarloa adelante para que los productores acompañen y viceversa.