El hecho se dio a conocer en febrero del corriente año, a raíz de una denuncia radicada por una vecina cuando vivían en una casa del barrio de Don Santiago de Garupá, que fue testigo en reiteradas oportunidades cuando los menores eran entregados por su progenitora a diferentes hombres, que a su vez le entregaban dinero o diferentes tipos de electrodomésticos.
Cuando Lorena, de 29 años, tomó conocimiento de la denuncia, se mudó y permaneció deambulando por varios alquileres esquivando su detención, hasta que finalmente las autoridades dieron con ella y lograron apresarla.
La causa tramita en el Juzgado de Instrucción N° 1 de Posadas a cargo del doctor Marcelo Cardozo y el operativo de detención fue llevado a cabo por la División Trata de Personas de la Policía de Misiones, bajo las órdenes del magistrado interviniente.
La niña era sometida a prácticas sexuales con conocidos de su progenitora, recientemente detenida en el barrio de Ñu Porá, localidad de Garupá. La mujer es madre de cinco niños menores de edad y está detenida y acusada por el delito de corrupción de menores agravado por el vínculo, tipificado en el artículo 125 del Código Penal, con penas de entre 6 y 15 años de prisión cuando la víctima fuera menor de 13 años, tal como sucede en este caso.
La menor, relató los hechos con total serenidad y en su declaración desvinculó a su padrastro quien también había sido detenido durante el allanamiento al inmueble bajo la sospecha de abuso y que fue liberado luego de su declaración, aunque continúa ligado a la causa.
En ese marco, reveló que sus hermanos de 3, 5, 8 y 9 años, no habían sido víctimas de abusos sexuales, lo que se pudo confirmar con el cotejo de determinados exámenes médicos que no detectaron lesiones compatibles con este delito, pero lo que sí confirmaron los especialistas es que los niños cuentan con lesiones emocionales y psicológicas producto del maltrato y la carencia de cariño que vivían día tras día.
Respecto a la imputada, se negó a declarar en la instancia de indagatoria por recomendación de su defensora oficial.
Para el juez de Instrucción, el siguiente paso a seguir es identificar y detener a los clientes que pagaban por someter a la niña a tener relaciones con ellos o con terceros. Gracias a la certeza del testimonio de la menor, los investigadores ya cuentan con diferentes apodos de sujetos que frecuentaban la casa y efectuaban los pagos.
La tarea investigativa se está llevando a cabo con total compromiso, entendiendo las dificultades y las maniobras poco colaborativas de los habitantes del pueblo, es por ello que aguardan a la confirmación de las identidades para avanzar firmemente sobre ellos.
Fuente: Hugo Lopez Carribero - Abogado Penalista