Paulina Curti, creció en la ciudad de Pérez. En su camino, por la Universidad de Concepción del Uruguay, Centro Regional Rosario, se recibió de Licenciada en Nutrición. En esta entrevista, contó a Vía Pérez sobre sus comienzos en los cursillos. “Allí descubrí que me encantaba aprender sobre los alimentos y cómo influyen en nuestro organismo”… “Las materias que más me gustaban y disfrutaba estudiar eran Nutrición y Dietética I, II y III y Bromatología”.
Sin embargo, esta etapa de su vida también estaba presente otra de sus pasiones “¡amo patinar!”, exclamó Paulina. Recordó con mucho humor y cariño esos días que formaba parte del Millennium Team, cuando los entrenamientos eran intensivos, de cara a las competencias mundiales. “No había fines de semana, feriados, ni cumpleaños. Me acomodaba de la mejor manera para poder cursar y rendir lo más posible. Me llevaba los resúmenes conmigo a todos lados: torneos, a la ida y a la vuelta en cada viaje de Pérez a Casilda”. En una oportunidad, tuvieron que prepararse para una competencia internacional. En este caso recordó que “llegué a llevar los apuntes a Nueva Zelanda, el vuelo era larguísimo y tenía muchas horas para aprovechar, porque a la vuelta de ese mundial, rendía un final”.
Está claro, que en su etapa como estudiante de Nutrición y patinadora supo ser responsable y logró darse el espacio a lo que más le gustaba. Por su experiencia personal, afirma que “si uno quiere algo lo puede conseguir, no importan los obstáculos. En mi caso, fue un obstáculo hermoso”.
Los comienzos como profesional
Al empezar su recorrido como Licenciada en Nutrición. Al igual que los profesionales de la salud, tuvo que esperar su matrícula para comenzar a ejercer su profesión. Mientras esperaba, aprovechó el tiempo para capacitarse, hacer cursos, y empezar su proyecto “comencé con mi página de Instagram que actualmente es @paulic.nutricion, un espacio que utilizo para difundir información nutricional, recetas, consejos saludables, entre otros. Luego de obtener la matricula emprendí mis pasos por el consultorio, de a poco y con la “publicidad” del boca en boca se fueron sumando más pacientes”.
Para comenzar sus consultas Paulina indaga y analiza todos los indicios para conocer de cerca las necesidades de cada paciente. “Cada uno tiene objetivos y motivos diferentes y es fundamental saberlo porque es el puntapié para desarrollar la educación nutricional que requiera”.
En la actualidad, es enorme el trabajo y el esfuerzo que realizan las referentes y las organizaciones sociales, que están en frente de las campañas, para concientizar sobre la importancia de la educación alimentaria, visualizar los indicios de los trastornos de la conducta alimentaria y la valoración de los cuerpos naturales. En este sentido, el rol de los y las nutricionistas es fundamental.
En relación a las propuestas mágicas que siempre están destinadas al consumo de las mujeres, Paulina cree que “¡deberían dejar de fabricarlos! Hay mucha desinformación, a veces la gente no sabe exactamente qué tienen esos productos y lo perjudiciales que son para la salud. Además, de alejarte de tus gustos, costumbres y aislarte de tu contexto social. El camino correcto para un estilo de vida saludable siempre va a ser una buena alimentación, equilibrada y adecuada a cada persona”.
Por otro lado, hace foco en las publicidades y en los mensajes que se difunden por los medios de comunicación, que muchas veces carecen de información. En este sentido, remarca que “el proceso de aprender a comer de manera saludable es flexible, se disfruta y va a durar para siempre”.
En tiempo donde los cuerpos de las mujeres, son el blanco de la industria alimentaria y las grandes empresas de moda, que solo pretenden encasillar a todas dentro de un estereotipo que se amolde a sus necesidades. Se pone en juego el deseo y la necesidad de romper esos esquemas y pensarnos de una manera más libres y conscientes de cuidar de nuestro cuerpo de una manera más saludable. En relación a este momento actual, Paulina es tajante y plantea que “el cuerpo perfecto no existe, cada persona tiene el suyo, hay que cuidarlo sí, pero por motivos de salud, no de estética. La alimentación saludable es justamente para eso, para estar sanos, aprender y disfrutar del acto de comer y ojo que eso también incluye comer algo súper rico y no tan sano. Todo se basa en el equilibrio”.
Ante estos indicios hegemónicos, Paulina está atenta a las situaciones de sus pacientes y a lo que sucede por fuera de su consultorio. Resalta que es muy importante que “las personas estén informadas. Por suerte, cada día somos más los profesionales que apuntamos a enseñar cómo debemos alimentarnos para estar bien, más allá de la forma de nuestro cuerpo”.
La Argentina que abrió los caminos en la Nutrición
Haciendo un breve recorrido histórico, podemos encontrar las experiencias de Elena Musmanno, quien luego de recibirse de maestra, decidió emprender la carrera de Dietista. En 1935 luego de una selección minuciosa, fue una de las aspirantes que pudo ingresar a la Escuela Municipal de Dietistas. Años más tarde, participó de la División Alimentación, asistiendo a los niños provenientes de hogares pobres. En el año 1938 se graduó en el entonces, Instituto Nacional de Nutrición, y en este mismo año, continuo como encargada de la sección de Investigaciones Biológicas de la misma institución. En 1945 se presentó y ganó un concurso de beca latinoamericana, que le permitió iniciar sus especializaciones en la Universidad de Syracuse, en New York, Estados Unidos, donde trabajó en el laboratorio de “Food and Nutritions”.
En su regreso a la Argentina, se desempeñó primero como sub-jefa y luego como jefa Interina de la División Biológica Experimental, y en 1954 fue designada como dietista del Hospital de Emergencia de Copahue, en la provincia de Neuquén. Durante los próximos años dedicó su vida a investigar, mejorar la asistencia y educación alimentaria. Sin dudas, el trabajo y las luchas que abrazaron y conquistaron las mujeres protagonistas en el campo de la nutrición, sirvieron de impulso e inspiración para las generaciones posteriores.