Buenas o malas noticias

El escritor Agustín Artucio Verzeñassi del Azar nos acerca su columna semanal. En esta oportunidad nos invita a reflexionar sobre las noticias que recibimos en nuestras vidas.

Buenas o malas noticias
La reflexión dominguera de Agustin Verzeñassi del Azar

Si te pidieran que hicieras un balance de las buenas y las malas noticas que has recibido a lo largo de tu vida, ¿Cuál sería el resultado?

¿Responderías que las malas fueron más numerosas que las buenas?

O, bueno, tal vez haya sido al revés.

Hay un punto interesante en decir que las personas suelen dar mayor entidad a las malas noticias que a las buenas.

Sí, aunque suene ilógico o contra intuitivo.

Es muy común eso de darle vueltas y revolver eternamente aquello que no fue, que se frustró o que no pudo ser; y dejar de lado todo lo demás.

Cómo si no hubiera luz sino solo oscuridad.

Las malas noticias son memorables,

Desestabilizan.

Cambian rumbos y vidas.

Alto, que las buenas también son capaces de todo esto, pero de una manera distinta.

Es que las malas matan sueños.

Terminan historias y proyectos.

Tal vez sea ese dolor que conllevan lo que las hace prevalecer sobre las buenas.

O puede que simplemente sea difícil aceptar que las cosas no salgan como se quiere.

Lo que no puede negarse es que son las malas noticias las mejores maestras.

Es de todo lo que no sale como esperabas, que te sorprende y atropella, de lo que más aprendés.

Por muy difícil y doloroso que sea.

En definitiva, hay períodos y etapas.

Unos más luminosos y otros más oscuros. Lo cierto es que solo vos sos capaz de decidir cuanto van a durar y qué tanto te van a afectar.

La vida es una sumatoria de lo bueno y lo malo.

De todo lo que te hace e hizo reír y llorar.

La clave está en lograr sacar lo mejor de todo momento.

Incluso de los terribles que parecen jamás acabar.

No minimizar logros y dejar de querer siempre más.

Que la ambición en la justa medida es buena pero también puede ser la manera de perderse todo lo maravilloso que tenés para disfrutar.

Ni quedarse festejando eternamente ni llorar eternamente por lo que ya no está.

Un equilibrio entre lo bueno y lo malo.

Entre hacer duelos y volver a intentar.

La vida es eso.

Poder mirar no solo el lado vacío sino también el lleno del vaso.

Y saber que todo puede estar a punto de cambiar.

Buen domingo,

A