"Vivo con miedo en la cárcel". La frase de Luciano Cabral se escucha entrecortada. El futbolista argentino, de 21 años, está preso desde el 3 de enero en Mendoza acusado de homicidio simple junto a su padre y a tres primos (uno fue declarado inimputable por tener 13 años).
El ex Argentinos viajó a Mendoza a pasar las fiestas con su familia, pero no pudo regresar a Atlético Paranaense, el club braisleño al que había llegado en los últimos años. Desde la cárcel, en una extensa entrevista con TyC Sports, se quebró: "Yo no maté a nadie".
El futbolista y sus familiares fueron acusados de participar de una pelea callejera que terminó con un muerto: Joan Ariel Villegas, de 27 años. "Yo me enteré (de la muerte) después, a las 10 de la mañana más o menos", se defiende Cabral. "Participaron mi papá con unos primos míos. Desconozco cómo se originó la pelea, pero hay muchas versiones que me involucran mí también", declaro hace unos días a los medios