Padres y padrastros se sentarán en los próximos días en el banquillo de los acusados. Serán juzgados en un juicio por jurados por brutales muertes a golpes de dos niños de menos de 2 años de edad.
Los jurados estarán integrados por 12 mendocinos en cada caso, los que definirán el destino de los imputados y será la primera vez que el homicidio de un nene llegue a juicio por jurado desde que se instauró la nueva modalidad para delitos que tienen como única pena la prisión perpetua.
Maximiliano Ortiz Rosales (29) y Yamila Ibáñez Benavidez (26) enfrentarán al jurado popular por el crimen de Giuliano Ibáñez, de dos años, hijastro e hijo respectivamente de los sospechosos. La pareja acusada de matar a golpes a Giuliano, en un hecho ocurrido en noviembre de 2017, en Luján de Cuyo.
En la noche del 28 de noviembre, Yamila Ibáñez llegó al hospital Notti con su hijo inconsciente. El pequeño no presentaba signos vitales y los médicos no pudieron reanimarlo.
El cuerpito del niño fue derivado para que le practicaran la autopsia, la cual reveló como causa de muerte una fractura de columna por un fuerte golpe. Además, había moretones visibles en su rostro.
Su madre contó que lo había retado y el pequeño se había desvanecido. La explicación no convenció y dieron intervención a la Justicia. En la casa en la que vivía la familia, en calle San Martín al 5000 de Carrodilla, Policía Científica encontró manchas de sangre que sirvieron para suponer que al nene le habían pegado hasta matarlo.
Sebastián Tizza (24) y Celeste González (23), por su parte, están acusados del delito de homicidio agravado por el vínculo y que, de ser encontrados culpables, podrían recibir la pena de prisión perpetua.
El matrimonio está acusado por la muerte de su hijo, el pequeño Valentín Tizza, de un año y 10 meses, ocurrida en abril de 2018 camino al hospital de Tupungato.
En la madrugada del 15 de abril del año pasado, Tizza y su mujer llevaron al pequeño Valentín a la guardia del hospital Las Heras, en Tupungato. Los médicos que lo atendieron establecieron que el pequeño ya había muerto y que presentaba signos de haber recibido una dura golpiza: presentaba lesiones en el abdomen y en la frente, además de hematomas en un ojo y en otras partes del cuerpo.
Los médicos determinaron que la causa de la muerte de Valentín fue un desgarro hepático, producto de los golpes que el pequeño había recibido.
Sebastián Tizza tenía una prohibición de acercamiento al pequeño que no respetó. La medida había sido dictada porque, cuando el niño tenía 9 meses, había ingresado al hospital con signos de haber recibido una golpiza.