La Iglesia riojana salió a responder los dichos del embajador de Perú, Jorge Yoma luego de que el dirigente chileciteño sostuviera en las redes que el obispo Enrique Angelelli no fue asesinado sino que murió por un accidente de tránsito.
La respuesta llegó a través de Luis Martínez, integrante de la Pastoral Social de la Diócesis. "Son desafortunadas, más de lo mismo, el odio de siempre y de alguien que no entiende lo que es un mártir. El mártir es una persona que guardó coherencia entre lo que dice y hace. Yoma no lo conoce porque Angelelli y los mártires tuvieron coherencia", sostuvo.
A través de su cuenta de Twitter, el domingo Yoma había calificado como "una truchada" todo lo concerniente a la beatificación de monseñor Angelelli que tendrá lugar el próximo 27 de abril. "Una truchada! La Rioja no necesita inventar martirios. En nuestra historia hay demasiados hombre y mujeres que dieron su vida por su tierra y por su patria. Murió en un accidente, lo que no significa cuestionar la tarea pastoral de Monseñor Angelelli, a quien admiro....", había dicho el chileciteño.
El comunicado de la diócesis riojana
El próximo 27 de abril celebraremos la beatificación de cuatro mártires riojanos que dieron sus vidas trabajando de modo coherente por el bien de sus hermanos. Nos regocijaremos por la coherencia de Wenceslao, que sabiendo que lo buscaban para matarlo, no dudó en abrir la puerta de su casa "porque podía ser alguien que necesitaba ayuda". Nos alegraremos por la coherencia de Carlos y Gabriel que sabían que el vehículo donde los subían podía llevarlos a su Pascua por haber sido fieles al Evangelio. Nos sentiremos animados en la coherencia de Mons. Enrique Angelelli, que aun sabiéndose amenazado de muerte, no dejó a su pueblo librado a la injusticia y entregó su vida apasionadamente. Un Mártir no se hace solamente en aquel instante donde el odio convoca a la muerte y la disfraza de accidente. No, el martirio y la santidad se manifiestan en la vida misma puesta al servicio de los demás. Por eso resulta incomprensible que personas con cierta trayectoria social con un simple tweet quieran empañar semejantes testimonios y a la vez poner en duda largos procesos judiciales tanto en lo civil como en lo canónico. A la vez es triste que con una frase fuera de tiempo se quiera cuestionar a instituciones judiciales estatales y eclesiales que han trabajado denodadamente para llegar a la verdad. Enrique Angelelli –al igual que Carlos, Gabriel y Wenceslao- no fue una palabra al viento, es mensaje respaldado por su vida; es la Vida misma entregada por amor a su fe y a la comunidad donde se hizo ofrenda. Podrán inventar mil mentiras, podrán escribir mil injurias, pero jamás podrán sacarlo del corazón de su Pueblo y de los altares de nuestra Iglesia.