La jefa de la agrupación Tupac Amaru, Milagro Sala, negó haber "mandado a matar" a alguien, al declarar en la audiencia del juicio en su contra por la "balacera de Azopardo", causa que investiga un ataque ocurrido en 2007, en el barrio San Francisco de Álava -antes conocido como Azopardo- de esta ciudad.
Imputada por tentativa de homicidio agravado por precio o promesa remuneratoria, Sala aseguró: "Nunca mandé a matar a Alberto Cardozo, él es como mi hermano, mi amigo", aseguró e incluso argumentó que las denuncias que presentó el propio Cardozo en su contra acusándola por el ataque, son falsas, al sostener que al hombre "estando detenido le pegaron para que me involucre".
El debate, que se desarrolla ante el Tribunal en lo Criminal Oral 2, tiene como imputados, además de Sala, a Fabián Ávila -el presunto sicario que debía asesinar a Cardozo-, por tentativa de homicidio agravado por precio o promesa remuneratoria y tentativa de homicidio; y al propio Cardozo -que respondió el ataque también disparando un arma de fuego- por tentativa de homicidio.
"Me enteré por los medios de lo ocurrido y jamás pude haber mandado a matar", refirió la exdiputada provincial, que actualmente cumple con prisión preventiva, y recordó que Cardozo -un exdirigente social que por entonces no estaba aliado a Sala- luego de ese hecho pasó a integrar la Red de Organizaciones Sociales de Jujuy que ella lideraba. "Si hubiera pensado en que quise hacerle daño, jamás se hubiera puesto de mi lado", razonó.
De acuerdo a testigos que ya pasaron ante el Tribunal, los hechos -en los que resultó herida de bala una niña- estuvieron originados por cuestiones políticas o partidarias.
La declaraciones de Sala se dieron en la parte final de la quinta audiencia, cuando negó rotundamente los hechos que se le imputa. En otro tramo, hizo notar que lleva "dos años y once meses encerrada" y pidió a los jueces "objetividad" en las resoluciones de las causas.
A su turno, el imputado Ávila también se defendió y aseguró que no hubo ninguna reunión previa al ataque, a la vez que reveló que el juez que instruyó la causa, Pablo Pullen Llermanos, lo fue a visitar al penal para sacarlo "de ahí a cambio de involucrar a Sala", a lo que -dijo- no accedió.
En ese punto recordó que Llermanos le dijo "para mí no sos nadie", a la vez que le planteó: "La quiero a la hija de mil puta de la Milagro Sala y vos me vas a ayudar a hundir a la negra" (sic).
Declaró asimismo Ávila que después de quedar detenido sufrió "golpizas" y que "al año" volvió el juez para decirle "eso te pasa por no colaborar".