Campaña ciudadana exige al Gobierno una regulación responsable del vapeo en Argentina

La organización internacional de usuarios World Vapers’ Alliance lanzó en el país la campaña Vapeo Responsable.

Campaña ciudadana exige al Gobierno una regulación responsable del vapeo en Argentina
Campaña ciudadana exige al Gobierno una regulación responsable del vapeo en Argentina

Desde hace ya más de una década, en Argentina está prohibida la venta, importación y publicidad de productos de vapeo. La disposición que lo prohíbe, la 3226/2011 de la ANMAT, dictada en un contexto de incertidumbre científica, sigue vigente a pesar de que hoy existen cientos de estudios que demuestran que vapear es significativamente menos dañino que fumar y una herramienta eficaz para dejar el cigarrillo.

Ante esta situación, la organización internacional de usuarios World Vapers’ Alliance lanzó en el país la campaña Vapeo Responsable con el objetivo de combatir la desinformación, dar visibilidad a los miles de argentinos que usan el vapeo como alternativa al tabaco y presionar al Gobierno nacional para que elimine la prohibición y establezca una regulación inteligente.

Según la campaña, la prohibición ha fracasado y, lejos de resolver nada, ha generado nuevos problemas. Alberto Gómez Hernández, Policy Manager de la World Vapers’ Alliance, lo explica así: “La prohibición no ha impedido el consumo, al contrario: lo empujó al mercado negro. Hoy cualquiera puede comprar un vapeador en redes sociales o kioscos, sin controles, sin saber qué está consumiendo, y sin que se verifique la edad del comprador. Una buena regulación puede cambiar eso.”

El problema principal, argumentan desde Vapeo Responsable, es que el mercado ilegal creció sin ningún tipo de control, facilitando el acceso a productos de calidad dudosa y sin trazabilidad. Estos dispositivos o líquidos no pasan por ningún proceso de evaluación sanitaria, lo que los convierte en potencialmente peligrosos para la salud. Es precisamente en este contexto donde pueden surgir casos como el del famoso brote de EVALI en Estados Unidos, donde productos adulterados del mercado negro provocaron una enfermedad pulmonar grave en cientos de personas, vinculada a líquidos que contenían acetato de vitamina E - un ingrediente que los líquidos de vapeo no deben contener y que está prohibido en los países donde están regulados.

Regular para proteger

La campaña recuerda que vapear no es inocuo, pero que es sustancialmente menos dañino que fumar y un método eficaz para dejar los cigarrillos. “Según las autoridades sanitarias del Reino Unido y revisiones científicas internacionales como las de la organización Cochrane, vapear es al menos un 95% menos dañino que fumar,” recuerda Alberto. “Además, varios estudios demuestran que es la herramienta más eficaz para dejar de fumar, muy por encima de otras terapias de reemplazo de nicotina.”

Por ello, la campaña sostiene que es necesario que se regulen los vapeadores para atajar los peligros creados por la prohibición y facilitar su uso como alternativa para dejar de fumar. Una regulación permitiría controlar la calidad de los dispositivos y de los líquidos, asegurándose de que todos sean seguros. Permitiría también prohibir la venta a menores de edad y castigar a quienes la lleven a cabo.

“Lo que pedimos no es que se promueva el vapeo, sino que se regule con sentido común: que se controle la calidad de los productos, que se prohíba su venta a menores, que se

establezcan normas claras y se informe a la población con evidencia científica, no con miedo”, agrega Alberto. “Países como Suecia, el Reino Unido o Nueva Zelanda han seguido esta línea y están acabando con el tabaquismo. Argentina podría ser el siguiente ejemplo.”

Petición ciudadana al Gobierno

Una de las principales acciones de la campaña es la recolección de firmas para una petición ciudadana dirigida al Ejecutivo. Con puestos informativos en las calles de Buenos Aires, promotores invitan a la gente a sumarse con su firma y a conocer más sobre el impacto positivo que una regulación moderna del vapeo tendría para el país. La petición solicita lo siguiente:

● Derogar la disposición 3226/2011 de la ANMAT.

● Facilitar el acceso legal y regulado al vapeo para adultos fumadores.

● Prohibir expresamente la venta a menores de edad.

● Establecer estándares de calidad, seguridad y trazabilidad para los productos.

● Promover campañas de información pública basadas en evidencia.

Firmar la petición es simple: puede hacerse escaneando un código QR disponible en los puestos de campaña o ingresando al sitio web oficial de la iniciativa. La petición ya ha recogido más de 5 mil firmas y espera llegar a 10 mil en las próximas semanas.

Un cambio necesario

Según los impulsores de la campaña, una regulación inteligente no solo traería beneficios sanitarios, sino también económicos. Reemplazar los cigarrillos por los vapeadores reduciría las enfermedades y muertes asociadas al tabaquismo, reduciendo también el coste asociado a su tratamiento.

Por otro lado, el gobierno podría recaudar impuestos sobre su venta, algo que ahora no hace. Desde la campaña señalan, sin embargo, que los impuestos deben ser proporcionales al riesgo y sustancialmente inferiores a los del tabaco, para incentivar económicamente a los fumadores a cambiarse a esta alternativa menos dañina.

Además, destacan que Argentina tiene el potencial agrícola y la capacidad industrial para desarrollar productos de nicotina de menor riesgo y exportarlos a otros países. Pero hoy, con la prohibición vigente, esa posibilidad ni siquiera existe.

“Prohibir es fácil, pero no resuelve el problema. Regular con responsabilidad puede mejorar la salud pública, proteger a los más jóvenes y abrir oportunidades para el desarrollo productivo”, concluyen desde la campaña.

La recolección de firmas continuará durante las próximas semanas, y se espera entregar la petición al Gobierno nacional antes de fin de año.