Se lo conocía por su larga trayectoria, el prestigio de su cocina y otros factores que lo hicieron un emblema de la ciudad. Arrancó en 1962, pero su historia se ubica inicialmente en calle Bolívar y Chacabuco donde Don Manuel Dacal alla por los años 50 servia con orgullo las legendarias milanesas de su esposa, Doña Gumersinda.
Su hijo Adolfo fue uno de los visionarios que descubrieron la Costanera. No era facil llevar la gente a un local alejado y viejo. Pero se llenaba igual: lo que importaba era la cocina. Luego Adolfo emprendió con ciclopeo esfuerzo, la remodelacion total. Pero en 1978, la gran creciente derrumbó todo. Alli se podían apreciar las sillas y mesas flotando dentro del restaurant. Otro gran esfuerzo permitió resurgir por esos tiempos.
Los últimos meses fueron decisivos para la continuidad del restaurante familiar ubicado en la Costanera de la ciudad. Fernando, hijo de la familia, explicó que su padre no pudo continuar haciéndose cargo de la empresa por dificultades físicas. "Él era el espíritu del lugar; se necesita mucha vocación de servicio para estar tantas horas en el lugar, controlando para que todo salga bien", explicó.
Fernando Dacal señaló la carga impositiva, el costo de los servicios y el aumento de los precios, la crisis económica que atraviesa el país no le fue indiferente a un comercio histórico que se mantuvo en pie durante casi 6 décadas en una de las esquinas emblemáticas de la Costanera de Gualeguaychú.
Cerró Dacal, dejando un vacío que entristece a varías generaciones de gualeguaychuenses. Y con 15 trabajadores gastronómicos a la deriva que dependían del Restaurante.