En el universo de la gastronomía, las fronteras se desdibujan, y la creatividad se convierte en la clave para explorar nuevos sabores y texturas. Esta vez, nos aventuramos en la tierra de las delicias saladas con una receta que promete desafiar tus expectativas: alfajores salados de roquefort.
¿Quién dijo que los alfajores solo pueden ser dulces? Preparate para una experiencia culinaria única y sofisticada.
Cómo hacer alfajores de roquefort
Ingredientes:
Para la Masa:
- 1 taza de harina de trigo
- 1/2 taza de maicena
- 1/2 taza de queso parmesano rallado
- 150 g de manteca a temperatura ambiente
- 1 yema de huevo
- 1 cucharadita de pimienta negra molida
Para el Relleno:
- 200 g de queso Roquefort, a temperatura ambiente
- 50 g de nueces tostadas y picadas
- 2 cucharaditas de miel
Para el Recubrimiento:
- 100 g de nueces tostadas y picadas finamente
Instrucciones:
- Preparación de la Masa: En un tazón grande, combina la harina, la maicena, el queso parmesano, la manteca, la yema de huevo y la pimienta negra molida. Amasa hasta obtener una masa homogénea. Envuelve en film transparente y refrigera durante al menos 30 minutos.
- Estirar y Cortar: Precalienta el horno a 180°C. Estira la masa en una superficie enharinada hasta alcanzar un grosor de aproximadamente 0.5 cm. Con un cortador redondo, corta las galletas y colócalas en una bandeja para horno. Hornea durante 12-15 minutos o hasta que estén doradas. Deja enfriar por completo.
- Preparación del Relleno: Mezcla el queso Roquefort con las nueces tostadas picadas y la miel. Ajusta la cantidad de miel según tu preferencia.
- Armado de los Alfajores: Unta generosamente una galleta con la mezcla de Roquefort. Coloca otra galleta encima y presiona suavemente para que se adhieran. Repite hasta formar todos los alfajores.
- Recubrimiento de Nueces: Pasa los bordes de los alfajores por las nueces tostadas y picadas finamente para darles un toque crujiente y sofisticado.
Estos alfajores salados de roquefort ofrecen una fusión magistral de texturas y sabores. La masa crujiente se mezcla con la intensidad salada del Roquefort, mientras que las nueces aportan un contraste delicioso. La miel, por su parte, suaviza la experiencia y completa este encuentro gastronómico.