El ritual del asado no termina hasta que la parrilla vuelve a quedar limpia. Sin embargo, esa tarea suele ser la parte menos atractiva del plan. Muchos prueban con detergente, limón o cepillos metálicos, pero ninguno de esos métodos es tan simple ni efectivo como el que ahora recomiendan cientos de asadores: usar papa cruda.
Sí, aunque parezca insólito, este vegetal se convirtió en el aliado perfecto para sacar la grasa y los restos de carne sin esfuerzo. Además, no deja olores ni residuos químicos que puedan afectar el sabor de la próxima parrillada.

Cómo usar la papa para limpiar la parrilla
El truco no tiene misterio. Una vez que las brasas se apagaron y la parrilla todavía está tibia, cortá una papa al medio y frotala directamente sobre las rejillas. En pocos segundos vas a notar cómo el almidón empieza a despegar la grasa y las partículas quemadas.

El secreto está justamente en ese almidón natural, que actúa como un limpiador orgánico. Al absorber la grasa, deja la superficie brillante y lista para el próximo asado. Además, evita el desgaste del metal que provocan los químicos o cepillos duros.
Por qué la papa funciona mejor que otros métodos
El poder de limpieza de la papa se debe a su composición. El almidón se combina con el calor de la parrilla tibia, creando una fina capa que arrastra los residuos sin rayar el metal. Es un método ecológico, económico y seguro, ideal para quienes buscan soluciones naturales.

Según los expertos, el almidón actúa como un desengrasante suave, pero potente, que también sirve para planchas y sartenes de hierro.
Si querés un resultado aún más impecable, podés sumar un paso extra: usar una bola de papel de aluminio arrugada para frotar las partes con grasa más dura. En combinación con la papa, deja las rejillas como nuevas.

























