Hernán Piquín vuelve a los escenarios porteños para presentar en el Teatro Apolo El último tango, un espectáculo musical que escribió mientras estaba de vacaciones en España y que producen Gustavo Yankelevich con Maximiliano Pita.
“Estoy súper feliz de estar en Buenos Aires otra vez y más en la calle Corrientes, de la mano de Maximiliano Pita y Gustavo Yankelevich con el Grupo RGB. Somos ocho bailarines: tres parejas estupendas de baile y me acompaña en esta oportunidad Soledad Mangia, que está bailando conmigo”, contó Hernán Piquín en una entrevista para Revista Pronto.
Separado de su ex, Agustín Barajas, Piquín confesó que se se sometió a un procedimiento quirúrgico para perder kilos. “El año pasado, cuando me fui a España, tenía unos seis kilos de más. Quizás la gente no lo notaba pero yo sí. Lo sentía al bailar y eso me ponía incómodo. Conocí a la gente de Allurion y me pusieron un balón gástrico ingerible. Es como una píldora que ingerís y te la inflan en el estómago con líquido. Y con eso logré bajar nueve kilos”.
Además, el bailarín contó que seguir cuidándose trata de descansar y come variado. “Con clases, con estiramiento y una buena alimentación. Desde ya que me doy mis gustos, por supuesto, pero siempre consciente de que no me puedo dar los gustos todos los días. Entonces, me cuido”.
El balón gástrico de Hernán Piquín
Sobre el procedimiento del balón gástrico, Hernán Piquín explicó: “Es como un globo que tiene un parche y un catéter que sale. O sea, vos te lo tragás y te queda como una manguerita afuera de la boca. Por esa manguerita te inflan el balón en el estómago con líquido. Entonces, te tiran de catéter y queda sellado adentro del estómago. Dura de cuatro a seis meses. En ese tiempo, el parche que tiene se empieza a diluir y entran los jugos gástricos dentro de ese globo y lo empiezan a comer, hasta que lo eliminás por las heces. Así bajé nueve kilos y sin dejar de comer”.
Para cerrar, el artista detalló: “Me fui ordenando otra vez, aunque estar de gira es muy difícil porque comés a cualquier hora y siempre afuera. El restaurante está que cierra, le pedís un ensalada pero no tiene y solo te ofrecen pizzas o empanadas. Entonces, terminás comiendo cualquier cosa porque algo hay que comer [...] Gracias a Allurion bajé estos kilos de más y hoy me siento súper ágil en el escenario. Hacía dos o tres años que no me sentía así de ágil en los saltos y los giros”.