El ministro de Economía, Sergio Massa, inicia este martes una frenética gira por los Estados Unidos para tratar de acceder a una nueva asistencia financiera que le permita cubrir los vencimientos de deuda que asoman en el futuro inmediato y evitar cimbronazos que agraven el clima electoral.
Se trata de una gestión determinante también para que Massa, en su rol de candidato presidencial por la coalición oficialista Unión por la Patria (UP), trate de calmar el creciente malhumor social en un contexto donde la devaluación post PASO aceleró la carrera inflacionaria que carcome el poder adquisitivo.
El itinerario oficial contempla un encuentro entre el ministro y Anna Bjerde, directora gerente de Operaciones, Banco Mundial, y otro con Ilan Goldfajn, Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Más tarde, Massa espera ser recibido por Jay Shambaugh y Michael Kaplan del Tesoro Americano y luego cerraría la jornada con una cena junto a otros funcionarios de la administración del demócrata Joe Biden.
Esa ronda de conversaciones está directamente asociada con las urgencias financieras que el Gobierno nacional debe sortear para llegar a las elecciones generales y a una eventual segunda vuelta.
A saber, Massa se reunirá el miércoles con la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, y ese día también se realizará la cumbre de los integrantes del board del organismo multilateral de crédito que deben terminar de bendecir el nuevo entendimiento con la Argentina para liberar dos giros unificados, por un total de 7.500 millones de dólares.
Pero el viaje del ministro a Washington apunta a ampliar esas partidas y llevarlas incluso por encima de los US$ 10.000 millones. Esa búsqueda se explica por el nivel crítico de las reservas, donde el rojo supera los 10.000 millones de dólares, y también por el calendario de pagos de deuda que se amplió con los préstamos que Massa improvisó con Qatar, la CAF y China para cubrir los últimos compromisos con el FMI.
El cronograma oficial indica que, entre septiembre y diciembre, se tendrán que pagar compromisos en moneda extranjera por un total de US$ 7.094 millones, de los cuales US$ 5.189 millones deben volver al Fondo: el 21 de septiembre habrá que pagarle al FMI US$ 923 millones en amortización de capital; el 30 de octubre, US$ 2.652 millones en amortización de capital; 30 de noviembre US$ 830 millones, de intereses, y el 31 de diciembre US$ 923 millones, en amortización de capital.
Pero el número crece si se suman los US$ 1.400 millones que Massa usó del swap con China; los cerca de U$S 1.000 millones que le pidió a la CAF y los U$S 750 millones de Qatar. Así el guarismo se acerca a los más de 10.000 millones que se intentan conseguir con este viaje a los Estados Unidos, además, para cumplir con el rebajado objetivo de acumulación de reservas que se estableció en el nuevo acuerdo que la administración de Alberto Fernández cerró con el Fondo para refinanciar el crédito que pidió Mauricio Macri.
Al respecto, vale recordar que el objetivo de acumulación de reservas internacionales netas acumulativas pasó a ser de alrededor de US$ 1.000 millones para fines de 2023, muy por debajo de los US$ 8.000 que se pidieron hasta la cuarta revisión. El Fondo aceptó el cambio por el impacto de la sequía.
Los resultados de las PASO, lejos de despejar incertidumbre, instalaron nuevos temores y eso supone mayores riesgos en el frente económico. Incluso, entre los economistas circula un consenso que indica que la devaluación que aplicó el Gobierno nacional el lunes posterior a las primarias fue insuficiente y que, para llegar a octubre sin avanzar con otro golpe sobre el peso, se necesitará “aplicar un torniquete” aún mayor sobre los pagos de las importaciones. “La válvula de escape para no aplicar otra devaluación antes de octubre es el nivel de actividad”, alertan.
Atento al contexto de fragilidad social exacerbado por el clima electoral, Massa prometió más acciones para lograr la estabilización de las variables de referencia y también mejoras para el bolsillo, a través de una suma fija para trabajadores, actualizaciones en el sistema de asignaciones, créditos y hasta alguna asistencia para los empleados del sector informal.
Pero todo eso también dependerá del éxito que el Gobierno nacional consiga en las reuniones en los Estados Unidos y puntualmente con el FMI, donde ya formalizaron contactos con los otros aspirantes presidenciales con chances como Javier Milei (La Libertad Avanza) y Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio).