La balanza comercial registró en marzo un superávit de US$ 2.059 millones, producto de una fuerte caída de las importaciones por la recesión y menores compras del sector energético, mientras que las exportaciones consolidaron una tendencia ascendente.
Durante marzo, las ventas al exterior alcanzaron a US$ 6.394 millones, que significa un alza interanual de 11,5%, que superó los incrementos de 9,6% de enero y 5,6% de febrero.
En tanto, las importaciones cayeron 36,7% a US$ 4.335 millones, luego de bajas de 14,1% en enero y 18% en febrero. Este comportamiento se explica por la fuerte recesión que sufre la economía y que por ende demanda menos insumos en el exterior. También cabe recordar que la base de comparación es alta dado que en marzo de 2023 regía un tipo de cambio oficial depreciado que alentaba importaciones para aprovechar la diferencia cambiaria.
Los US$ 2.059 millones de saldo positivo contrastan con el rojo de US$ 1.111 millones que se había producido un año atrás.
De esta forma, el primer trimestre del año cerró con un superávit US$ 4.253 millones, frente al saldo negativo de US$ 1.343 millones que se produjo en el mismo período del año pasado. Entre enero y marzo las exportaciones treparon a US$ 17.322 millones y avanzan 9%, mientras que las importaciones se ubicaron en US$ 13.070 con un caída de 24,2%.
Este buen comportamiento del sector externo explica en buena medida la estabilidad del tipo de cambio, ya que cabe recordar que la liquidación puede realizarse al dólar “blend” (80% en el mercado oficial y 20% en la Bolsa de Comercio).
La reducción de la brecha entre el dólar oficial y los financieros es otro de los motivos que incentiva la liquidación de las exportaciones y mantiene en calma el tipo de cambio.
Exportaciones
El incremento del 11,5% en el valor de las exportaciones se explica por un mayor volumen de venta (21,3%), dado que los precios disminuyeron 8%. La venta de productos primarios ascendió 27,4%, que se conformó por un alza de 41,4% en las cantidades, mientras que los precios se redujeron 9,8%. Esta suba se dio por el avance de la venta de cereales una vez dejada atrás la sequía. No obstante, cabe aclarar que la baja de los precios de las últimas semanas recortó el nivel de ingresos.
Por su parte, el valor de las exportaciones de Combustible y Energía subió 19,2%, a partir de un fuerte incremento de 19,5% en las cantidades ya que los precios apenas mejoraron 0,3%.
Los números en otros rubros
En tanto, el valor de las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) mostró un incremento de 15,7%, también por mayor volumen (40%), dado que los precios se redujeron 17,3%.
A su vez, el valor de las Manufacturas de Origen Industrial (MOI) cayó 8,1%, por una merma de 21,5% en los precios y 5,8% en las cantidades.
En otro orden, las importaciones alcanzaron a US$ 4.355 millones, a partir de caídas de precios de 6,9% y de 32,1% en los volúmenes.
La mayor baja se produjo en el sector energético, con una disminución en valor de 76,6%, por una merma de 77,8% en las cantidades, dado que los precios subieron 5,3%. En este resultado impacta los primeros resultados que está entregando el yacimiento de Vaca Muerta.
En tanto, la compra de bienes intermedios se redujo 36,9%, las de bienes de capital 31,3%, y las de bienes de consumo 34,1%.
Expectativas y escenario actual
El Gobierno confía que a partir de una mejora en la cosecha de cereales y en la caída de importaciones por energía, el saldo comercial externo del país de este año podría ubicarse en el orden de los US$ 15.000 millones.
Este ingreso será clave para la política cambiaria dado que en principio el FMI no brindaría asistencia financiera para salir del cepo cambiario.
En consecuencia, el Gobierno deberá encargarse de desmantelar las restricciones con recursos propios.