El Nazareno: la historia del alfajor cordobés que conquistó el paladar del papa Francisco

Desde las sierras de Córdoba hasta el Vaticano, el producto esconde tradición artesanal y una calidad que trascendió fronteras.

El Nazareno: la historia del alfajor cordobés que conquistó el paladar del papa Francisco
Juan Grisoni uno de los propietarios de el Nazareno, fábrica de alfajores que comia el papa Francisco. (Ramiro Pereyra / La Voz)

En el corazón de Traslasierra, nació en la década de 1980 un emprendimiento familiar que, con el tiempo, se convirtió en un emblema de la región y un referente de la repostería artesanal argentina: El Nazareno.

Lo que comenzó como un intento por mejorar la calidad de vida de la familia Grisoni, impulsado por un problema de salud de su madre, Estela Gurriere, se transformó en una marca reconocida por sus alfajores y especialidades elaboradas con rigurosos estándares de calidad.

EL NAZARENO: LA HISTORIA DE LOS ALFAJORES QUE CONQUISTARON A FRANCISCO

La historia de El Nazareno está íntimamente ligada a sus fundadores, Leonardo José Grisoni y María Estela Gurriere, quienes en 1982 llegaron a Arroyo de los Patos con sus cinco hijos. Provenientes de Villa Carlos Paz, donde tenían una fiambrería, buscaron en la tranquilidad de Traslasierra un nuevo comienzo. Sin embargo, los inicios no fueron sencillos. “En los ’80 no había nada de nada”, recordó Juan Grisoni, uno de los actuales dueños, en diálogo con Vía Córdoba.

Juan Grisoni, socio gerente de El Nazareno. (Ramiro Pereyra / La Voz)
Juan Grisoni, socio gerente de El Nazareno. (Ramiro Pereyra / La Voz)

Ante la necesidad de subsistir, la familia incursionó en diversas actividades, desde la elaboración de conservas y escabeches hasta trabajos de carpintería y herrería. No fue hasta que Leonardo estudió repostería y trabajó en una panadería en su breve regreso a Villa Carlos Paz que encontraron su verdadera vocación. “Así aprendió; tenía sensibilidad para la cocina porque en su familia había tradición”, dijo Juan. Al regresar a Traslasierra, Leonardo comenzó a hacer alfajores con la firme intención de “seguir adelante”.

En 1985 nació Granja El Nazareno, nombre que refleja una profunda fe y devolución religiosa, ya que el nombre hace alusión a Jesús de Nazaret. Con el tiempo, los alfajores de El Nazareno comenzaron a distinguirse por su sabor y frescura.

Un hecho que marcó la historia de la marca fue el descubrimiento de sus alfajores por parte del papa Francisco. Según relató Juan, Jorge Bergoglio descubrió este “verdadero manjar escondido en el valle de Traslasierra” cuando visitaba Cura Brochero. Desde entonces, se convirtió en un “cliente fiel”, especialmente de sus alfajores de hojaldre con dulce de leche.

Incluso, la conexión de la marca con Bergoglio va más allá del alfajor. Según confesó Juan, su esposa es familiar del Monseñor Ramón José Castellano, quien ordenó sacerdote a Jorge Mario Bergoglio en diciembre de 1969. Castellano, además, fue el fue el segundo Arzobispo de Córdoba designado por el papa Pío XII.

EL NAZARENO: CÓMO ES EL ALFAJOR QUE CONQUISTÓ AL PAPA FRANCISCO

El alfajor predilecto del Papa tenía un formato poco común. Su elaboración se basa en una masa de harina, agua y sal con un empaste de manteca que requiere largos tiempos de reposo, logrando una textura similar a la de una milhojas.

Los alfajores de Córdoba que enamoraron al papa Francisco.
Los alfajores de Córdoba que enamoraron al papa Francisco.

Entre cada capa de hojaldre se encuentra abundante dulce de leche, y el toque final es una cobertura de coco rallado. También ofrecen la misma versión bañada en chocolate. “Es hermoso ver que los alfajores llegan a todos lados, incluso a personalidades”, dijo Juan. Tanta era la “devoción” de Bergoglio por el dulce cordobés que se convirtió en un “regalo obligado” para el Santo Padre por parte de quienes lo visitaban en el Vaticano.

EL NAZARENO: PRODUCTOS ARTESANALES Y FRESCOS HECHOS EN CÓRDOBA

Tras el fallecimiento de Leonardo, sus hijos, principalmente Juan y Arturo, tomaron la posta del negocio. Con el tiempo, sumaron chocolates y bombones, y expandieron la marca con locales que reflejan una estética basada en la “espiritualidad, la creatividad y la fantasía”. “Tiene que ver con esa búsqueda de mis padres de una vida más sana, más conectada con la naturaleza, con lo espiritual, la práctica de yoga, por la salud de mi mamá”, explicó Juan.

Fachada de El Nazareno en Carlos Paz.
Fachada de El Nazareno en Carlos Paz.

En la actualidad, El Nazareno cuenta con más de 10 variedades de alfajores y un total de 60 productos, incluyendo su propio dulce de leche. Tienen 13 sucursales, 12 en la provincia de Córdoba y una en Merlo, en San Luis.

La clave del éxito de El Nazareno radica en la calidad de sus materias primas y sus procesos de elaboración artesanal. “Solo usamos manteca y eso implica más fragilidad, un ‘trato muy cuidado, tapita por tapita’”, detalló Juan. Además, no utilizan margarinas ni grasas hidrogenadas, y sus dulces son sin conservantes ni aditivos. “Nos enseñaron que había que hacer las cosas como para comerlas uno; sino, no había que hacerlas”, agregó.

Con una historia de “superación permanente”, El Nazareno continúa su camino, llevando el sabor auténtico de Córdoba a cada rincón. La pasión familiar, el compromiso con la calidad y esa conexión especial con el papa Francisco hacen de esta marca un ícono que honra su origen serrano y su espíritu artesanal.