En muchas familias, cada domingo se plantea un conflicto en el horario del almuerzo. ¿Comemos asado o un buen plato de pastas? Una pareja cordobesa parece haberle encontrado la solución a este interrogante tan recurrente.
Sí, a estos ocurrentes emprendedores se les ocurrió preparar sorrentinos cordobeses, ¡rellenos con asado y fernet!.
"El otro día estábamos comiendo un asado con unos amigos y surgió el tema que cuando el domingo está lindo, la gente hace cola en la carnicería de enfrente para comprar un asadito; pero cuando está fresco vienen a comprarnos pasta al local", dice a Día a Día + Vía Córdoba Marcelo Díaz, dueño de la fábrica de pastas artesanales que tuvo la idea de innovar en este rubro.
Y continúa: "Medio como en chiste, dije voy a hacer un sorrentino que sea de asado, así se pueden comer las dos cosas en un solo plato. Después de eso me quedé pensado ¿y si hago algo distinto?"
Así nacieron los sorrentinos cordobeses. Con el vacío, costilla y chorizos que habían quedado de la noche anterior puso manos a la obra. "Agarré todo y me lo traje a la fábrica, lo procesé y le agregué el fernet -la marca del águila, aclara-. Lo rehogué para sacarle el alcohol y los preparé con una salsa fileto suave".
La combinación resultó muy agradable al paladar de Marcelo y Marisa, quienes aseguran que se siente tanto el sabor del asado como el del fernet y recomiendan acompañar con una salsa muy suave o con crema.
La pareja armó un pequeño stock y ya lo tienen a la venta en su local de Heriberto Martínez 6243 (a unos 30 metros de la Recta Martinoli). Las cajas tienen 12 unidades (dos porciones) y un costo de $120 (contra $110 de los convencionales de jamón y queso).
Una salida
La marca de pastas artesanales Roana existe desde hace más de 20 años; un hermano de Marcelo Díaz era el titular de la firma y después de muchos años de tener el local en alquiler, el año pasado fue "el creador" del sorrentino cordobés quien se hizo cargo.
Marcelo se quedó sin trabajo y como siempre le gustó cocinar se embarcó en este proyecto junto a su mujer Marisa. "No tengo formación en cocina, nunca estudié, lo mio es bastante intuitivo", relata.
Y cierra: "Buscaba algo distinto, innovador, que diera que hablar y salió esto. La verdad es que está muy bueno".
