Por Gabriela Martín.
Abuelos modernos, activos e independientes. Abuelos que ejercen su rol con alegría pero privilegiando su tiempo libre por sobre sus obligaciones. Abuelos modernos y aggiornados, cuya vida no gira en torno a sus nietos e incluso se animan a decir "no" ante un pedido para cuidarlos cuando ésta se superpone con alguna de sus actividades.
En tiempos en que la tercera edad se transita de otra manera, los adultos mayores disfrutan de su tiempo libre y buscan contactos con sus pares. Participan activamente de cursos, talleres, viajes y reuniones de amigos. Razones por la que cuidar nietos de manera obligatoria es, en muchos casos, una carga.
"Mi hija me dejó a los chicos desde que nació el primero hasta ahora, que ya tiene tres. Al principio me resultaba placentero, pero hoy, que estoy más grande, que tengo tiempo y mi dinero para hacer algo diferente, me veo en la obligación de cuidarlos de lunes a viernes en un horario determinado. Sé que mi hija trabaja y el gasto en una guardería es grande, pero estoy realmente cansada y no sé cómo poner un límite sin que se ofenda", explica Julieta, abuela de 69 años y alumna del Centro para la Promoción del Adulto Mayor (Cepram).
Al "abuelazgo" no lo transitan todos de la misma manera. Carmen disfruta de esta responsabilidad y se organiza en función de lo que necesitan los nietos. "Ubico mis cosas de acuerdo a lo que necesitan. Yo siempre puedo y no me es una carga; yo disfruto de mis nietos, de organizar mi vida de acuerdo a lo que precisan".
El doctor Andrés Urrutia, gerontólogo y director del Cepram, asegura que es bastante lógico suponer que los abuelos van a cuidar a sus nietos como nadie y que es muy de Sudamérica esta entrega del cuidado a los abuelos de nuestros propios hijos.
“La realidad de ser abuelos es un hecho muy beneficioso, porque cuidan y disfrutan a sus nietos, pero sin excederse, porque ellos hoy tienen una vida más activa, más plena y establecen relaciones más placenteras, relajadas y desestructuradas de mandatos sociales y pautas de crianza”, dice.
En plenitud
Los abuelos hoy son más activos, buscan aprender, disfrutar del ocio y de relaciones con sus pares, e incluso algunos están en la plenitud profesional. "Los nietos son para los abuelos una fuente de satisfacción, sin tener obligaciones de crianza, sino solo el placer de mimarlos. De los nietos reciben diversión y amor. Es una relación de entrega absoluta por parte del abuelo, son una fuente de amor incondicional", agrega Urrutia.
Sin embargo, hoy muchos abuelos son un eslabón esencial en muchas familias –tanto a nivel social como económico– y por ende, muchos sienten la sensación de tener que cubrir las ausencias de algunos padres y madres con escaso tiempo para el cuidado de los hijos.
De todas maneras, muchos abuelos aceptan el este papel de cuidadores en la mayoría de los casos como una responsabilidad, aunque diferencian cuando se trata de ayudar a los hijos por necesidad, porque no tienen otra opción, de cuando los hijos se provechan de abuelos para disfrutar de tiempo libre a su costa.
Las justificaciones son muchas, más allá de las económicas. Cuando son pequeños, porque se desconfía de las guarderías o de dejarlos "con extraños", y cuando tienen 12 o 13 años porque algunas tardes no tienen clase y son grandes para ir al jardín pero chicos para estar solos. Y a medida que crecen, los abuelos envejecen. Con los años acumulan nietos y carga, pero muchos no se atreven a plantarse y lo sobrellevan con resignación.
Algunos abuelos se animan a decir no, marcan su territorio, plantean que no quieren tener la responsabilidad absoluta de cuidar a sus nietos, no sólo para tener tiempo libre, sino también para no sufrir después cuando los nietos crecen.
"Yo siempre trabaje mucho, era directora de escuela y mis hijos me vieron correr, a ellos los cuidé siempre pero cuando nacieron mis nietos yo seguía trabajando, por lo cual mis nietos tuvieron niñera. Yo destino mi tiempo como me parece; a mi nieto lo veo cuando yo quiero ir a buscarlo o disfrutarlo o cuando él quiere venir a casa", dice Liliana, de 71 años.
En el mismo sentido, agrega Susana, de 63 años: "Yo los cuido cuando los papás quieren salir de noche, solo porque es eventual y es un placer cuidar a los nietos. Pero tengo a una amiga para quien el cuidado de los nietos es una carga y cuando le reprocha a su hijo, él le dice: 'vos hacías lo mismo con la abuela, ahora yo te dejo los míos'. Las cosas cambiaron y nosotros queremos disfrutar también de nuestro tiempo".
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Hay personas que piensan que dejar a sus hijos al cuidado de los abuelos es un favor para los mayores, que así pueden ocupar su tiempo. Un falso estereotipo porque las personas mayores son activas, llegan a la jubilación bien de salud y con proyectos para hacer.
“En una relación sana es muy probable que los abuelos siembren una semilla de la vejez en sus nietos, quitándole el componente trágico al envejecimiento y revalorizando el valor de la vida. Porque para los abuelos la prolongación de la vida es un privilegio que se disfruta día a día”, cierra Andrés Urrutia.
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Más abuelas que abuelos
El 27,1% de las adultas mayores en Argentina cuida habitualmente de niños del entorno familiar o cercano sin percibir remuneración, según datos de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida de los Adultos Mayores (ENCaViAM) publicada por el Indec. Estos números demuestran que este segmento poblacional realiza un aporte a la economía que se encuentra naturalizado e invisible.
Según la encuesta, el porcentaje asciende al 34% si se realiza un recorte en las respuestas de las mujeres entre 60 y 74 años. Aunque en menor medida, los varones mayores también realizan tareas de cuidado, ya que el 17,8% de los entrevistados también respondió que cuida habitualmente de un niño de su entorno familiar o cercano sin remuneración.
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