NIETO SENETINER
Una historia de nuestra tierra y nuestra gente. Un largo camino que muestra que la pasión nunca envejece.
El reloj comenzó a girar un día de 1888 en Vistalba, Luján de Cuyo, cuando un grupo de inmigrantes italianos hundió sus manos en la tierra para plantar los primeros viñedos y fundar una nueva bodega.
Desde ese primer día, diferentes familias fueron transmitiendo, unas a otras, los secretos de la elaboración de grandes vinos: un profundo amor por la naturaleza, el respeto por la esencia de cada terroir y el valor de la espera.
En 1969, las familias Nieto y Senetiner adquirieron la finca y comenzaron a escribir un nuevo capítulo de crecimiento y desarrollo. Ampliaron las instalaciones y consolidaron una presencia que ya se había vuelto ineludible en la historia de los grandes vinos argentinos.
En 1998, Nieto Senetiner pasó a formar parte del Grupo de Bodegas de la familia Pérez Companc. Comprometido con los más altos estándares de elaboración y calidad del vino, y sustentados en un plan continuo de inversiones, tanto en fincas como en tecnología de procesos, Nieto Senetiner consolida desde entonces su liderazgo, sin renunciar a los nobles atributos que forjaron su origen y marcaron su tiempo.
CADUS
Cadus era el nombre en latín de las ánforas que contenían partidas limitadas y especiales de vino en la Antigua Roma. Bajo ese mismo espíritu nació CADUS, y durante dos décadas se destacó como el vino ícono de la histórica bodega mendocina Nieto Senetiner.
Hoy, Cadus Wines reafirma una trayectoria que lleva 20 años arando un camino propio, y es una bodega independiente, que, a través de partidas limitadas de vinos de autor, logra expresar las singulares características de las más virtuosas fincas pre cordilleranas.
BODEGA BENEGAS
En 1883, el bisabuelo de Federico Benegas Lynch, Don Tiburcio Benegas fundó la bodega "El Trapiche". Frente a la crisis económica que atravesaba la provincia, que era productora de alfalfa y de trigo, Don Tiburcio tenía la visión de que Mendoza debía ser un gran productor de vinos finos a nivel mundial (hasta ese momento durante el siglo XIX hubieron entre 500 y 2.000 has de viña plantadas) y no solo se enfoca en su proyecto, sino también alienta a que otros productores incorporen nuevas técnicas y planten variedades finas repartiendo las estacas que había traído de Francia a todo aquel que quisiera plantar vides. Así Don Tiburcio se convierte en una de las personalidades más importantes de la vitivinicultura de América del siglo XIX junto a Agoston Haraszthy en California y Silvestre Ochagavia en Chile.
A principios de la década del `70 al estar la industria vitivinícola argentina inmersa en una crisis los accionistas que controlaban la compañía familiar Benegas Hnos. decide la disolución de El Trapiche, y se venden todos los activos por separado: marcas, viñedos, se demuele la bodega y se vende loteada.
Federico se crio acompañando a su padre en la elaboración de vinos en El Trapiche. Tras la disolución de la empresa, se va a vivir a Buenos Aires. Pero su pasión por Mendoza y por el vino hizo que regresara en busca de recuperar el legado familiar. Así es como en 1999 tiene la oportunidad de comprar Finca Libertad, un antiguo viñedo plantado por su bisabuelo Don Tiburcio, la cual fue la base del proyecto para volver a producir vinos de excelencia, los vinos BENEGAS. Dos años más tarde compra una antigua bodega ubicada en Luján de Cuyo, la que restaura completamente siguiendo la arquitectura del siglo XIX e incorporando la más moderna tecnología. En el año 2000 se realiza la primera cosecha que se comercializa bajo el nombre de Bodega Benegas.
BODEGA DIAMANDES
En 2005, la familia Bonnie, propietaria del reconocido Chateau Malartic-Lagravière (Grand Cru Classé de Graves) y del Château Gazin Rocquencourt (Pessac- Léognan) decidió partir de Francia para descubrir nuevos horizontes vitivinícolas. Todo empezó con la adquisición, junto a sus socios, de un bloque de 130 hectáreas, situado en pleno Valle de Uco, al sur de Mendoza. Allí nació la bodega DiamAndes, coproductora además del prestigioso Clos de los Siete. Sus instalaciones, cuya arquitectura se funde con los maravillosos paisajes andinos, permiten la elaboración de vinos en condiciones excepcionales desde la cosecha 2007.
El nombre DiamAndes surgió como un juego de palabras entre "Diamante" y "Andes" (la cordillera que le otorga su marco). El nombre fue idea de Alfred-Alexandre Bonnie y surgió un día mientras disfrutaba de un asado en la Laguna del Diamante – Mendoza. El reflejo del volcán Maipú sobre la laguna hizo que Alfred-Alexandre relacionara ambos nombres.