La conmoción por el asesinato de Camila Borda, de 11 años, provocó una marcha masiva en la ciudad bonaerense de Junín.
Luego de que la policía encontrara el domingo el cuerpo de la nena en una quinta cerca de su casa, los vecinos intentaron linchar al único detenido por el caso y prendieron fuego dos patrulleros.
Desde las 20, más de 600 personas marcharon en el centro de la localidad para pedir Justicia.
La policía de la municipalidad custodió con más oficiales de lo habitual los edificios públicos, las plazas más concurridas de la zona y el lugar en donde ocurrió el asesinato.
Camila murió por asfixia y antes de matarla la abusaron sexualmente, según las pericias.
El único detenido por el caso es Carlos Varela, un sereno de 40 años, que cuidaba la vivienda en donde hallaron el cuerpo atado en una bañadera.