La visita del Intendente Hernán Bertellys, al hospital municipal "Dr. Angel Pintos", es un intento de revertir el decaimiento de su figura política en medio de la crisis sanitaria y financiera que azota al país, y que tiene sus particularidades en Azul. Sin embargo, las políticas del ejecutivo se antagonizan cada vez más con las necesidades de los trabajadores, todos los suelos se mueven para la gestión que no logra hacer pie. Los laburantes de la salud que no alcanzan a llenar la olla no van a comer con los aplausos circenses del jefe comunal, pero la presencia del visitante ha motivado la proliferación de reclamos que urgen y deberán ser canalizados con la organización.
Como han manifestado los mismos trabajadores, la situación del hospital es la resultante de un vaciamiento continuo y prolongado, que trae aparejado consigo la agudización de la precariedad laboral, y los salarios de miseria, incluso en medio de una pandemia. En un cuadro más general, la crisis sanitaria en el hospital es el fiel reflejo de la crisis municipal, y que tiene a los trabajadores como chivo expiatorio de la misma. La gran mayoría de los municipales recibe en concepto de salario $17.000, ATE-Indec (Junta Interna), estimaba en marzo que la Canasta de Consumos Mínimos para un hogar compuesto por dos mayores y dos menores para satisfacer sus necesidades alcanzaba los $ 66.013,20. Asimismo, una ínfima parte de los 1.800 trabajadores se encuentra en planta permanente, mientras que la pluralidad es contratada con renovación anual.
El cuadro de insolvencia del municipio se ve plasmado en la declaración de emergencia financiera. Pero la falta de insumos sanitarios, los impuestazos, la falta de asistencia en las barriadas, las cuentas al descubierto, el crecimiento abismal de la deuda, y la falta de pago a los proveedores vienen de larga data. Los remaches y el endeudamiento han hecho que Azul no salga nunca de su propia quiebra, por el contrario, ha caído sistemáticamente en ella.
Siendo los trabajadores los damnificados en este círculo vicioso, que no va a encontrar salida en términos convencionales. Durante la aprobación del miserable presupuesto 2020, el oficialismo se atrevió a aumentar un 50% el cobro del ABL, un 100% el impuesto al comercio, y mantenía un cobro insignificante al “Derecho de Explotación de Canteras”.
La exoneración de impuestos extraordinarios a “los sectores productivos” hace recaer el peso fiscal sobre los trabajadores. Y si bien la ciudad se destaca por ser una de las más ricas en la concentración de capitales rurales, es también, una de las más pobres en cantidad de recursos per cápita.
En medio de una crisis de fuerza productiva exprimir aún más los bolsillos de los trabajadores es una canallada. Es el capital quien cuenta con reservas, y es ahí donde hay que apuntar, con impuestos progresivos a la oligarquía agraria y a “los sectores productivos”.
La crisis entre provincia y el municipio es un capítulo aparte en la asfixia financiera, en diversas ciudades bonaerenses el desdoblamiento salarial a los municipales ya es un hecho. El "rescate financiero" de Kicillof con créditos a tasa cero no soluciona la situación económica en los distritos, solo prorroga una crisis aún mayor. La gestión municipal en su contante ida y vuelta con el gobernador, denuncia que, desde provincia solo han destinado el equivalente de 26.000 en insumos para la pandemia. La recorrida del Ministro de Seguridad Berni, como comisario de finanzas municipales, ojeando los números y los recursos es la antesala de un ajuste en regla. La ordenanza que proponen los concejales oficialistas para mover destinos de las cajas tiene ese propósito.
Los trabajadores de la salud y el Hospital Pintos
Al principio de la cuarentena, el hospital anunciaba que sin recursos “había que atar todo con alambre”, y pedían la solidaridad de la comunidad para acompañar al pedido de plus salarial, medidas de protección, seguro de vida y ART, y vacaciones dobles en el final de la cuarentena.
Ninguno de esos planteos fue garantizado.
El nosocomio local ha sido siempre un tema central en la política azuleña, y comúnmente uno de los puntos más débiles de las gestiones municipales. La porción presupuestaria destinada al mismo es hondamente insuficiente para un funcionamiento adecuado, tanto es así, que cualquier desequilibrio inflacionario puede generar un desabastecimiento de insumos, o dejar sin cobro a los trabajadores. Aproximadamente un 80% de lo destinado en salud se ve afectado al pago de salarios, a pesar de ello, la vida orgánica del hospital demanda la incorporación de personal.
Por otro lado, en este escenario la falta de elementos de protección necesarios, (kits de alta seguridad), ha llevado a que los trabajadores tengan que poner dinero de sus bolsillos para salvaguardar sus vidas, algo que se ve replicado en distintos hospitales el partido. Es indispensable que los laburantes puedan contar con los recursos físicos y materiales para enfrentar el COVID, es el estado el responsable de hacer cumplir los protocolos para no exponer a los trabajadores a la transmisión del virus. Argentina lidera el infame ranking de contagios en trabajadores de la salud (14%), lo cual desnuda la precariedad de sus condiciones de trabajo, debe haber un urgente reconocimiento de la labor, bajo la modalidad ART. En el caso de nuestra ciudad, se ha negado el testeo a trabajadores de la salud que han estado en contacto con pacientes con “Coronavirus”, un descuido que rompe con los protocolos mismos.
Preservar física y psíquicamente a quienes nos cuidan de esta pandemia también tiene que ser una consigna central La cocina y la limpieza son pilares fundamentales en la vida hospitalaria. Los trabajadores de la limpieza corren riesgos enormes al entrar en contacto con el Covid-19. Sin embargo, en Azul cobran alrededor de $18.000 de salario, sin aumento extraordinario, con un aumento salarial del 3%, y con aumentos adeudados de enero y febrero. La profesionalización de quienes mantienen el aseo, la pulcritud y la desinfección de un quirófano o una sala de máxima urgencia es algo que debe incluirse en la ordenanza vigente.
Es necesario el pase a planta de todos los trabajadores municipales, bajo convenio, con un salario mínimo igual a la canasta de consumo. En defensa de la vida de los trabajadores, son urgentes kits de alta seguridad para todos sin distinción, contratación de personal como han exigido médicos y enfermeros durante los últimos años. Recomposición salarial ya, aumento extraordinario de emergencia. Testeos masivos a todo el personal e inclusión del Covid en el listado de enfermedades profesionales ante las ART.
La organización de los trabajadores bajo condiciones excepcionales, en referencia al aislamiento o distanciamiento social, no debe ser suspendida. Promovamos asambleas intergremiales y la formación de comités de seguridad e higiene, integrados por delegados de base. Abramos la discusión por una necesaria centralización del sistema de salud privado y público.Las representaciones sindicales deben mantener una constante vigilancia sobre el cumplimiento de las recomendaciones de responsabilidad patronal, desde los EPP hasta la evaluación del estrés laboral y los casos de burnout laboral, o síndrome del quemado en el trabajo.
Nahuel Mirande fue candidato a diputado provincia por el Frente de Izquierda en Azul