Cuba celebra hoy 62 años desde el triunfo de la Revolución y arranca el año con un paquete de medidas económicas, cambios que ya generan inquietud en la población.
Las disposiciones comprenden la salida de circulación del CUC (la moneda convertible al dólar con que se comercializan los productos y servicios vinculados al turismo), un aumento del salario mínimo del 525%, sustanciales alzas de precios en la canasta básica y la electricidad, y la reducción de subsidios.
El presidente Miguel Díaz-Canel anunció la reforma económica hace unas semanas y, desde entonces, funcionarios del gobierno explicaron cada una de las medidas para preparar a los ciudadanos para el llamado “día cero”.
Con las nuevas medidas habrá mucho más dinero en circulación, con el peligro de que se desencadene una inflación por encima de la prevista. En este sentido, las autoridades anticiparon un alza generalizada de precios de un 160%, pero esperan que los negocios privados los aumenten por encima del 300% para poder sobrevivir.
Uno de los mayores descontentos de la población fue por el alza de la electricidad. La tarifa que se anunció significa una suba de nueve a 40 pesos cubanos mensuales para los que menos luz utilizan, pero que se disparaba mucho más para los sectores de mayor consumo. Esta semana, el Gobierno reconsideró estas tarifas y anunció que el aumento será de 33 pesos cubanos.
De acuerdo con el Gobierno, el salario mínimo de 2.100 pesos cubanos cubre 1,3 canastas básicas, pero el economista de la Universidad de La Habana, Ricardo Torres, explicó que este cálculo se realizó en junio de 2019, antes de que llegara la pandemia y la fuerte escasez de productos durante 2020.
“Se analizó durante mucho tiempo, se tenían muchos grupos de trabajo para evaluar los diferentes ejes de este gran cambio. Sin embargo, hay aspectos que escapan al control del Gobierno como la posibilidad una inflación descontrolada”, consideró Torres en declaraciones a AFP. El académico también criticó el avance de la dolarización, que se ve estimulado con estas acciones.
“Todo el mundo está preocupado, ¡el cubano vive del susto!”, dijo Yusbel Pozo, un comerciante de 36 años, a la agencia francesa. Para Pozo, “el futuro es incierto”. “No sabemos lo que va a pasar. La corriente (electricidad) sube cinco veces, suben los alimentos. Aumenta todo”, explicó.
El doloroso ajuste económico ocurre tras un desplome de PBI del 11% en 2020, la peor caída en 27 años, provocado, mayormente, por el duro golpe que recibió desde el comienzo de la pandemia la industria turística, motor de la economía de la isla, y el recrudecimiento del bloqueo estadounidense bajo el Gobierno de Donald Trump.