El cardenal francés y arzobispo de Lyon, Philippe Barbarin, presentó su renuncia al Papa, en una reunión privada, después de haber sido condenado a seis meses de cárcel con suspensión de pena por encubrir abusos sexuales cometidos contra menores por el sacerdote de su diócesis, Bernard Preynat, en campamentos scout en los años 70 y 80.
La oficina de prensa de la Santa Sede solo ha hecho mención de la reunión que ha tenido lugar a puertas cerradas y sin periodistas en el Vaticano, pero no ha especificado si el Pontífice aceptará su dimisión o no.
Hay tres opciones posibles para el Papa: que posponga la decisión después de que se haga pública la sentencia del Tribunal de Apelación ante el que los abogados defensores del cardenal Barbarin presentaron un recurso; que el Pontífice nombre un administrador apostólico para la sede de la diócesis de Lyon hasta que haya una condena en firmeo, por último, que el Papa acepte la renuncia del prelado francés y directamente nombre a otro obispo en su lugar.
El cardenal Barbarin, que no cumplirá la pena por haber sido suspendida, ha sido condenado por silenciar dos casos distintos de agresiones sexuales cometidas contra jóvenes entre 1986 y 1991 por el sacerdote Bernard Preynat, quien estuvo en activo hasta agosto de 2015, y finalmente reconoció los hechos. Barbarin, arzobispo de Lyon desde 2002, siempre ha negado las acusaciones, pero ha admitido que en la diócesis se cometieron "errores en la gestión y nombramiento de ciertos sacerdotes".
Está previsto que Preynat sea juzgado por cargos de violencia sexual el próximo año. El sacerdote confesó haber abusado de miembros de los Boy Scouts en las décadas de 1970 y 1980.
Un tribunal de Lyon decretó el pasado 7 de marzo que Barbarin tenía la obligación de reportar el comportamiento del cura Bernard Preynat a las autoridades civiles, y lo condenó a seis meses de prisión suspendida. Esta condena, indudablemente agrava la crisis que enfrenta la asediada jerarquía de la institución.