Gabriel Romero, dueño de la empresa EMEPA, declaró este jueves ante el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli, y reconoció que le entregó dinero a Roberto Baratta, ex mano derecha de Julio De Vido.
La confesión del titular de Hidrovía S.A. es clave tanto en el caso de los cuadernos de las coimas como para la causa en que se investigaban irregularidades en esa concesión.
Según señala Clarín, "Romero confesó, al acogerse al régimen del arrepentido, que 'pagó u$s 600 mil en sobornos por el decreto 113/2010, firmado por Cristina Kirchner en el 2010 y prorrogó sin licitación la concesión para esa empresa hasta el 2021".
Así, "se definió el negocio multimillonario del drenaje y el cobro de peajes a todos los buques que entran por el canal Mitre a Rosario y luego siguen hasta Asunción", explican en Clarín.
También, está a cargo de Ferrovías, que estaba bajo la conducción de Ricardo Jaime, a quien le pagó por el cinco por ciento de los subsidios en concepto de coimas. Además, le daba una suma fija anual, cercana a los 500 mil dólares, al exsecretario de Transporte que también tenía la supervisión de la Hidrovía.
Debido a las declaraciones de Romero, el juez Bonadio ordenó la liberación de Rodolfo Poblete, directivo de EMEPA, que estaba en un cargo por debajo del dueño.
Pero como Jaime también tenía la supervisión de la Hidrovía, Romero también admitió haberlo sobornado por ese negocio.
"13.35. Ministerio, lo llevé al Lic (Roberto Baratta) y a Nelson (Lazarte) a Corrientes 316, donde nos esperaba un señor. Luego subió al edificio con el Lic Baratta; luego bajaron con un bolso con dinero aproximadamente por el tamaño unos 800.000 U$S, subió al auto con el bolso el Lic. y los llevé al Ministerio", es una de las anotaciones de Oscar Centeno, en la que menciona el domicilio de la sede central de EMEPA.
