Los estadounidenses amanecieron conmocionados el domingo después de que dos tiroteos masivos dejaran 29 muertos en Texas y Ohio. Estos hechos revivieron el debate en torno a la tenencia y uso indiscriminado de armas de fuego.
Veinte personas fueron asesinadas el pasado sábado cerca del mediodía en la sureña El Paso, una ciudad fronteriza predominantemente hispana, y menos de 13 horas después, otras nueve en un animado vecindario de Dayton, Ohio, al noreste.
En este segundo tiroteo, un hombre mató a nueve personas e hirió a otras 27 en menos de un minuto, antes de ser abatido a tiros por la policía que patrullaba el área. "Si no hubieran estado allí (...) podríamos haber tenido cientos de muertos y heridos", dijo Nan Whaley, alcalde de la ciudad.
Según los registros de la ONG Gun Violence, desde el 1 de enero, Estados Unidos ha sido escenario de 251 tiroteos masivos.
En homenaje a las víctimas de ambas masacres, Donald Trump ordenó que se izara la bandera estadounidense a media asta durante cuatro días y condenó "estos actos de odio y cobardía".
En este marco, el presidente de Estados Unidos escribió en redes sociales este lunes que "los republicanos y los demócratas deben unirse y obtener verificaciones de antecedentes sólidas, quizás uniendo esta legislación con una reforma migratoria que se necesita desesperadamente".
Fuentes: AFP y EFE.