Tras el testimonio de Agustina, víctima de bullying por parte de una maestra, la licenciada Carina Ferrero que formó parte de un gabinete psicopedagógico, cuenta y explica desde una mirada psicológica el principal rol de los docentes como formadores de niños, cómo esto impacta en sus personalidades, las consecuencias del maltrato escolar y bullying, el perfil del victimario y la víctima, y por último el papel importante que ocupa la familia en esta situación.
“Necesitamos hablar y visibilizar, y tanto los profesionales como ustedes los medios de comunicación tenemos una función muy importante en ese sentido y es una deuda que tenemos con este tema y con todo lo que tenga que ver con la violencia”, destacó la psicóloga en el reportaje con Vía Ansenuza.
Consecuencias de la violencia escolar y bullying en los niños
Los efectos que produce el bullying en los niños es preocupante, desde problemas psicológicos hasta problemas sociales. Cada niño lo vive de distintas maneras, cuanto más pequeño es, más le cuesta expresarse y contar las situaciones que vive en el espacio escolar, por lo cual es importante prevenir antes de que la situación pase a peor.
Las principales consecuencias fundamentales que se dan en los niños son: “La baja autoestima, es esta sensación y la inseguridad de no poder, esto de que uno siente que no sirve, de que vamos a fracasar, mucho sentimiento de culpa, hay algunos rasgos de depresión incluso, muchas veces se llega a la autolesión”, dijo Ferrero, Además cuando la depresión es grave pueden llegar a tomar medidas extremas como ponerle fin a su propia vida.
Principales diferencias entre bullying y maltrato escolar, explicados por la licenciada
El bullying es un tipo de violencia que se da entre pares, que puede presentarse tanto en escuelas como en otros espacios, de forma individual o grupal, también tiene que haber una diferencia de poder, hay un desequilibrio entre el hostigado y el hostigador que maltrata física o psicológicamente, “Para que exista bullying se debe dar a lo largo del tiempo”, agregó.
Mientras que la violencia escolar tiene la participación de otros actores, entre alumnos y maestros, donde los maltratos pueden ser desde psicológicos hasta físicos.
Perfil del hostigador
“Son niñas, niños que ejercen liderazgo en este caso negativo, son niños que aprenden desde pequeños. Primero que tienen que hacer los que ellos dicen y quieren a costa de cualquier cosa y que eso lo pueden conseguir maltratando, sometiendo sobre todo a la otra persona”, explicó la psicóloga.
También tienen algunos rasgos característicos como el querer dominar al otro para sentirse superiores, la falta de empatía, son intolerantes frente a las diferencias, manipuladores y tienen una personalidad impulsiva y explosiva, entre otras.
Perfil del hostigado (víctima)
“Son niñas o niños con baja autoestima, introvertidos, tímidos que muchas veces no tienen demasiadas amigas o amigos y sobre todo que les cuesta enfrentar los conflictos. Son niños o niñas que creen que si no dicen nada, ya va a pasar”, agregó. Mantienen una actitud de sumisión en situaciones de maltrato que para ellos son incontrolables.
La importancia de la escuela y la familia como formadores de la identidad del niño
El sujeto se constituye a través de un otro, es decir, que los alumnos van a construir su identidad a partir de los docentes, por eso la violencia escolar va a impactar negativamente en la personalidad del niño. Su identidad va a ser producto de estos procesos de socialización que se van a generar en el ámbito escolar.
“La escuela es la extensión de nuestra casa, la familia es la principal fuente de socialización, es donde nos constituimos y es la principal fuente donde nos formamos como sujetos, la segunda y no por eso menos importante es la escuela”, destacó.
La escuela funciona como una institución subjetiva, los niños van incorporando las significaciones que les transmiten los maestros, es decir, que si a un niño le dicen que “es burro” lo incorpora y va formando parte de su autoestima, “Es como yo me voy considerando a mi misma”. De allí la importancia de las escuelas y maestros como reproductores y constructores de valores en los niños.
“En realidad para mí la buena docente tiene que ver esto con poder tener empatía, y el poder ser consciente que forman niños y niñas y que eso deja huellas al mismo nivel que dejan huellas los padres, en ese punto es sumamente importante el rol y la función del docente”, Agregó Ferrero.
Desde su experiencia en el gabinete psicopedagógico destacó, “Hay muchos prejuicios, muchos malos juicios, mucha discriminación, eso fue una de las cosas que por ahí más note, no solo trabajando en el gabinete, sino en general en mi carrera profesional”.
Y subrayó, “Si hay que valorarle a la mayoría de las docentes, porque cuando envían un niño al gabinete o que consultan en realidad es porque se están preocupando por ese niño o niña, entonces yo creo que eso es superrescatable y es preferible que se preocupen y no la indiferencia que es otro tipo de violencia”.
El rol de la familia es fundamental el niño debe ser apoyado y escuchado, “El niño que sufre este tipo de violencia o bullying, es un niño que en ese lugar no se siente escuchado, ni mirado, ni atendido, ni protegido, que son todas las necesidades primarias de un niño o niña”, concluyó la psicóloga.