En el año 2019, Graham Chase Robinson interpuso una demanda millonaria contra Robert De Niro, de quien en ese momento era su asistente personal. En la demanda, lo acusó de acoso sexual y laboral, alegando que durante su empleo en la empresa Canal Productions, propiedad del actor, fue tratada de manera inapropiada.
Inicialmente, el actor refutó las acusaciones, calificando la demanda como un acto de “venganza”. De Niro sostuvo que Robinson fue despedida debido a mala conducta laboral, incluyendo el uso indebido de fondos de la empresa, como ver Netflix durante el horario laboral, utilizar tarjetas de crédito de la empresa sin autorización para gastos personales y apropiarse de millones de millas de viajero.
Adicionalmente, el actor italoamericano presentó una contrademanda por daños y perjuicios, argumentando que su ex asistente personal difamó su nombre y dañó su reputación. En 2021, Robinson respondió ante la corte solicitando una compensación de 12 millones de dólares, el doble de la cantidad solicitada por De Niro.
En las últimas dos semanas, esta batalla legal tuvo un nuevo capítulo, donde De Niro acudió al tribunal federal de Nueva York y, en una acalorada discusión con el abogado de Robinson, admitió haberla insultado: “Sí, está bien, la reprendí”, declaró el actor estadounidense.
El fallo de la Corte
Tras dos semanas de alegatos, el jurado de Nueva York declaró culpable a la compañía de Robert De Niro por discriminación de género y represalias hacia Graham Chase Robinson.
El veredicto exime a Robert De Niro como sujeto responsable pero su empresa deberá pagar más de 1,2 millones de dólares a su ex asistente personal. Se dictaminó que Canal Productions deberá pagar dos sumas de 632,142 dólares en favor de Robinson.