Advierten que la bajante del río podría extenderse hasta marzo

Son los peores registros de los últimos 50 años, y está generando complicaciones en el ecosistema de las provincias del Litoral.

Advierten que la bajante del río podría extenderse hasta marzo
La bajante del río Paraná seguiría hasta marzo.

La bajante del río Paraná, con mediciones hidrométricas que no se registraban hace más de 50 años, está generando complicaciones en el ecosistema de las provincias del Litoral. Varios especialistas advirtieron que sin lluvias la situación podría extenderse hasta marzo y los perjuicios, en especial en torno a los peces, continuarán en los próximos años.

La falta de precipitaciones en la cuenca sumada a fenómenos ambientales provocaron esta bajante histórica que dejó por ejemplo al río en 47 centímetros en el puerto de Rosario, cuando su altura normal supera los 3 metros, y esa situación se repite en al menos cinco provincias. En diálogo con Télam, la directora del Instituto de Limnología Raúl A. Ringuelet de La Plata e investigadora del Conicet, Nora Gómez, explicó que “la escasez de lluvias en la Cuenca del Plata en los últimos años ha ido afectando caudales del río Paraná como así también el de los ríos Iguazú, Uruguay y Paraguay”.

“La bajante registrada durante este año ha significado un factor de estrés ambiental muy importante que influyó en distintos aspectos socioeconómicos, como así también en la ecología de esta cuenca”, advirtió la especialista. Así, explicó, “se observan las alteraciones de la ribera ya sea por desmoronamientos de las márgenes o bien por dejar extensas áreas sin agua, lo cual favorece el avance de especies terrestres (algunas invasoras) y la retracción de las higrófilas que son las que sufren particularmente el estrés hídrico que genera la bajante del río”.

Bajante del río Paraná
Bajante del río Paraná

“Esto transforma el paisaje, alterando la biodiversidad cuando la capacidad de adaptación de las especias a estas condiciones es superada”, añadió y advirtió que “este nuevo escenario suele ser una tentación para el avance de algunas actividades humanas en áreas que le ‘pertenecen’ al río”. Mencionó que, en tal sentido, un menor caudal conduce a que “los organismos relacionadas con el curso de agua se encuentren más agregados en su distribución siendo más vulnerables a los depredadores, entre los que se encuentra el hombre que con la caza furtiva y la extracción descontrolada de peces genera cambios drásticos en el ecosistema”.

Además, añadió, “se advierten modificaciones en la calidad del agua como el aumento en la concentración de los sólidos en suspensión o bien en áreas afectadas por el enriquecimiento con nutriente y materia orgánica se observa el desarrollo de floraciones de cianobacterias”. Además, con la bajante se perdieron dos períodos de reclutamiento de peces pequeños y van quedando los más viejos.

A raíz de la bajante, embarcaciones quedaron encalladas en barro seco, salieron a la luz numerosos bancos de arena y anclas antiguas y se mantiene sobre la superficie la manta protectora del túnel subfluvial que une las capitales de Entre Ríos y Santa Fe.

Sigue la bajante del río Paraná
Sigue la bajante del río Paraná

La situación también perjudica la reproducción y crecimiento de la población de peces del Paraná que depende de los ciclos hidrológicos y climáticos. Por eso, pescadores y comerciantes aseguraron que la pesca bajó notablemente respecto a años anteriores, al igual que las ventas.

Fuentes de Prefectura Naval de Rosario calcularon que la bajante continuará “al menos hasta marzo”, si se mantiene el mismo regimen de precipitaciones en la región. La bajante también afectó a la actividad pesquera, ya que sumado a las quemas ilegales y la falta de agua en arroyos, generó la concentración de peces en el canal principal del río. Ante ello, pescadores artesanales del barrio La Florida denunciaron la pesca indiscriminada por parte de frigoríficos, que no respetan el tamaño de las presas y las extraen con redes, por lo que temen por la extinción de especies.