El intendente de Rufino, en el extremo sur de Santa Fe estableció desde este lunes una serie de medidas que buscan cerrar totalmente la llegada de personas que tomen contacto con gente que no es local. A tal punto se blindó la ciudad, que a quienes tienen que salir por su trabajo hacia localidades de la región se los intenta aislar para que no puedan circular ni para las compras básicas en las calles.
"Es intentar cerrar los límites de la ciudad para poder liberar actividades dentro de la planta urbana", buscó sintetizar Natalio Lattanzi, jefe comunal de Rufino, durante una entrevista con Vía Rosario. El esquema implementado es inédito, al menos entre los gobiernos municipales de Santa Fe.
El mayor impacto sobre la normativa está dado por el protocolo que deben respetar desde los comisionistas, pasando por los transportistas de cereal, hasta quienes habitualmente viajan a los mercados de Rosario para buscar frutas y verduras. "Pueden viajar tranquilamente, aunque a la hora del regreso tienen horarios estrictos para dejar la mercadería en el único acceso habilitado en Rufino, además de que deben aislarse", precisó Lattanzi, la carga queda en la entrada y otro furgón debe buscarla para hacer la distribución local.
Cuando el intendente habla de aislamiento, hace referencia a que no pueden, una vez que arriban de un viajar, tomar las calles de Rufino siquiera para ir a un almacén de cercanía. "Estamos ofreciendo el albergue municipal para delegaciones deportivas y nos encargamos hasta de la comida para que puedan vivir allí, puedan hacer los viajes regularmente pero que no tomen contacto con el resto de la población local", explicó lá máxima autoridad de la ciudad ubicada en el departamento General López.
Para quienes no quieren ir a dormir a la barracas del albergue, hay alternativas. "Les pedimos que si planean volver a sus casas lo hagan alejados de sus familias, de lo contrario todos deben respetar el no salir. Intentamos que si alguien viene de otra ciudad ya infectado y es asintomático, no contagie al resto de la población", argumentó.
Tal impacto causó la regulación en algunos viajantes, que muchos se organizaron y alquilaron casas mudarse y convivir allí entre colegas en las horas donde no están en la ruta. “Son 600 transportistas de diversas modalidades en total, a todos los tenemos censados y los estamos controlando”, aseguró el intendente de Rufino.