Los dos primeros casos de roces con las venenosas orugas pollos que se dieron a conocer en el año, sucedieron en zonas rurales de Oberá. Generalmente aparecen con el calor y en zonas de plantaciones.
Uno de los casos se conoció por las redes sociales de una reconocida granja del municipio. Su dueña alertó a través de sus cuentas para prevenir el contacto con el animal ya que producen un fuerte ardor, dolor e incluso la aparición de ampollas en la zona de contacto.
El gusano “pollo” o gusano “peluche” apareció también en el verano pasado en diferentes localidades misioneras. Es una oruga nocturna que nace de una mariposa que pone huevos. Durante su etapa como oruga tiene espinas en forma de pelos a modo de defensa para no ser llevados por los pájaros. El roce con estas vellosidades provoca fuertes dolores, irritación y hasta ampollas, hinchazón, sangrado, dolor de cabeza, náuseas e incluso taquicardias.
El ejemplar es fácil de identificar, ya que presentan un pelaje largo y sedoso y colores blancos y dorados. En caso de roce se recomienda pasar una cinta adhesiva para sacar las púas, colocar una bolsa con hielo y acudir inmediatamente al médico.