Este martes, la Justicia condenó a 24 años de prisión a Franco Ezequiel Espejo Ochoa (27). El policía estaba acusado de cometer una serie de abusos sexuales contra mujeres, registrados entre fines de 2017 y mediados de 2018 en Guaymallén.
El exefectivo asumió la autoría de los hechos. Su abogado expresó que no discutirían las pruebas de la fiscalía y se centrarían en los alegatos y el pedido de condena.
Por su parte, la fiscal Laura Rouselle solicitó 28 años de prisión por seis causas: abusos sexuales con acceso carnal-algunos consumados y otros en grado de tentativa-, robos agravados por el uso de arma de fuego, privación ilegítima de la libertad a una menor de 13 años y lesiones y amenazas en contexto de violencia de género ante una expareja.
Pero, el juez Eduardo Martearena del Tribunal Penal Colegiado Nº 2 le impuso una pena de 24 años de prisión. Condena que dejó conformes a la fiscal por ser una pena alta y porque analizaron los hechos bajo la perspectiva de género.
Espejo Ochoa fue detenido mientras prestaba servicio en una comisaría de Colonia Segovia, Guaymallén. Fue luego de que una seguidilla de abusos comenzaran a ser investigados y que las pruebas (las descripciones que las mujeres hacían del sujeto y la forma de operar) llevaran a los investigadores a sospechar de él.
Una de las claves para dar con el policía fue una denuncia por maltratos que recibió por parte de la madre de su hijo. El efectivo estuvo preso algunos días y le extrajeron muestras genéticas, las que sumaron al banco de datos de la Justicia.
Estos resultados fueron cotejados con el material genético obtenido de una víctima de las vejaciones con el ADN de Espejo Ochoa, y dio positivo. Además, en un allanamiento en su casa del barrio Paraguay, en Buena Nueva, encontraron pertenencias que le había robado a sus víctimas.